El conflicto en Ucrania ante la encrucijada de apaciguar la guerra mediante la negociación o resolverlo por las armas.
Volodymyr Zelensky, elegido Presidente de Ucrania en 2019 con el 73% de los votos. Foto: Agencia AP.
Desde Ginebra, Juan Gasparini.
La enumeración de las atrocidades que viene cometiendo masiva y sistemáticamente Rusia en Ucrania, incluye la esclavitud, deportación, saqueos, bombardeos, ultrajes a la dignidad personal, toma de rehenes, dirigir intencionalmente ataques contra civiles y contra edificios dedicados al culto religioso, secuestrar menores y cambiarles la identidad, exterminio, violación sexual, desaparición forzada, apropiación de bienes, bombardeos, tortura y asesinatos. Resumen.
«El ritmo del declive demográfico sugiere que, desde su punto de vista, Rusia debe obtener, en 5 años, una victoria definitiva. Tiene que abatir a Ucrania y vencer a la OTAN en un plazo limitado, sin jamas permitirle ganar tiempo, mediante negociaciones, treguas o peor, un congelamiento del conflicto. El objetivo final es anexar la Crimea, Lougansk, Kharkiv, Donetsk, Dnipro, Zaporijia, Kherson, Mykolaïv y Odessa, una perdida del 40 % de su territorio» para Ucrania. (1)
Antropólogo, historiador y ensayista francés, las predicciones antes citadas por Emmanuel Todd en su último libro de septiembre de 2023, están todavía lejos del 20% de Ucrania que hoy usurpa Rusia. La OTAN no ha sido vencida, y viene de acoger a Finlandia y Suecia, llevando a 32 sus miembros. Mediante 5 guerras en 25 años desde que llegó al poder en 1999, Vladimir Putin no logra vencer a Ucrania, apoyada por la Unión Europea, Gran Bretaña y Estados Unidos. Moscú ha propuesto retomar negociaciones con Kiev con la mediación de Turquía en Estambul. (2)
Históricamente es oportuno destacar «el carácter imperial de la nación rusa. Los rusos se piensan como imperio. La idea de nación como voluntad de vivir juntos les es extranjera… El pueblo debe estar encerrado para protegerlo del contagio de ideas occidentales… Los rusos comulgan en la pasión de la dominación y de la humillación del prójimo, ya que ellos mismos son dependientes y odian a los pueblos libres … con la esperanza ejercer una tiranía en los demás». (3)
«Sus dirigentes han recurrido de manera repetida, a una gran concentración del poder en las manos del Estado en un esfuerzo coercitivo destinado a colmar el foso profundamente abierto que los separa de Occidente, con el temor de ver a Ucrania tomar distancias de Moscú». A Vladimir Putin, como se sabe, lo traumatizó el derrumbe del sistema comunista, cuando viviera en Dresde (Alemania), donde el entonces agente de la KGB fuera designado de 1985 a 1990. (4)
«El gran diseño de Putin es extender las fronteras de su país congregando por diferentes medios directos e indirectos las «tierras rusas» consideradas como ancestrales … Bajo amenaza de invadir Ucrania, cuestiona todo el orden europeo liberal de la posguerra fría. En otros términos desembarazarse de Helsinki, un modelo de seguridad colectiva, para volver a Yalta, un modelo de esferas de influencia… El sistema Okulus de control de Internet, el Ojo de Moscú los vigila». (5)
Todo esto «mediante la desinformación cuestionado los fundamentos del modelo democrático para debilitar el continente … manifestando una sed de expansión inextingible. Sus armas son el chantaje con los hidrocarburos, la manipulación del flujo de los refugiados, la televisión y sitios de información (la cadena RT tiene mucha fama en América Latina) los «trols», los cyberataques y las milicias», como «los pequeños hombres verdes» en la primera invasión a Ucrania», y las fuerzas irregulares ahora en «Libia, Mali, Sudan, Mozambique, Sudan y República Centroafricana». (6)
El denominado «golpe de Estado en la Unión Soviética del 19 de agosto de 1991 (de breve duración) … aceleró la descomposición de la URSS. Cinco días después Ucrania declaró su independencia, aceptada por las autoridades rusas. El referéndum de independencia del 1 de diciembre se impuso con mas del 90% de los votos. La participación fue del 82% de la población. El presidente elegido, Leonid Kravtchouk, y sus homólogos ruso y bieloruso declararon en 1922 la extinción del tratado fundador que los vinculaba». (7)
Ucrania ponía así término «a 350 años de historia. El memorándum de Budapest (1994) que garantizaba su integridad territorial, a cambio de entregar las armas nucleares de la URSS estacionadas en su geografía, el tratado de amistad ruso-ucraniano (1997), que confirmó las fronteras y proclamó su inviolabilidad, y los acuerdos relativos a la base de Sébastopol, en Crimea (1997 y 2010) garantizaron un acceso ruso hasta 2042». (8)
Sin embargo, en una citación fundadora de 2005, Vladimir Putin consideró que el estallido de la Unión Soviética fue «la mas grande catástrofe geopolítica del Siglo XX». Rusia se proclama «protectora de los eslavos orientales, pero ha sido para los pueblos de la actual Ucrania, una unión forzada …» Para Moscú «perder Ucrania podría significar cambiar un futuro europeo contra un porvenir asiático …» No es redundante recordar que «la cultura política rusa está marcada por una alianza entre los servicios de seguridad y el crimen organizado». (9)
«Sin Ucrania, Rusia a cesado de ser un imperio euroasiatico. Rusia, sin Ucrania, puede aún luchar para conservar su estatus imperial, pero devendrá un Estado imperial cuya esencia sea asiática», concluyó el estadounidense de origen polaco Zbigniew Brzezinski, ministro seguridad de Jimmy Carter, quien predijo en 2014 que «si Putin arrebata la Crimea, perderá Ucrania». Esta guerra sería «de pillaje y consumo, cultural, incluso demográfica», pero también «una guerra imperialista, cuyo objetivo no es tanto de conquistar nuevas colonias a la búsqueda de nuevos yacimientos», sino « de imponer el viejo comercio colonial a sus clientes». (10)
«Putin ha adoptado una visión euroasiática del futuro de su país. Por tanto existe un descontento evidente en círculos nacionalistas frente a una evolución interna que refleja la vieja Unión. En 1959, el país era ruso a 83%, una cifra que bajó a 78% en 2010. Rusia cuenta actualmente entre 15 a 20 millones de musulmanes, o sea 10% a 15% de la población, con una fecundidad alta que podría representar el 30% de la población al promediar 2030». (11)
«El Kremlin a experimentado nuevas aproximaciones», para reconfortar a la población, como «la distribución de pasaportes rusos en las zonas en litigio u ocupadas en Ucrania, y una naturalización facilitada para los inmigrantes rusófonos que vienen de la antigua Unión. En 2020, Rusia acogió una cantidad récord de nuevos ciudadanos: 660.000. La anexión de la Crimea permitió a 2,5 millones de personas suplementarias convertirse en ciudadanos rusos». (12)
«Ese contexto demográfico hace del imperialismo ruso lo inverso al expansionismo nazi: la Rusia de Putin se arriesga a convertirse no en un pueblo sin espacio, sino en un espacio sin pueblo. Esto confirma la verdadera catástrofe que ha sido la pérdida de Ucrania y explica por qué la independencia de esta última fue resentida como una amputación para Rusia … La glorificación del pasado, la victimización, la frustración, la degeneración occidental, concretamente anglosajona, el odio a la homosexualidad y la fijación sobre la familia tradicional, la obsesión de la limpieza , la denazificación y la purificación … características del fascismo». (13)
Para Moscú, «lo ideal sería que los ucranianos volvieran a Rusia. Recuperaría un flujo importante de trabajadores eslavos … fáciles de integrar, que aportarían competencias necesarias para el mercado de trabajo ruso….» En su defecto «restaría procurarse la fuente laborar por anexión, la deportación, y los secuestros de niños. La «Operación Z» fue también una operación de ingeniería demográfica, que ha revelado a su vez todas las debilidades de Rusia: corrupción, ineficacia, análisis erróneo de la relación de fuerzas, por un poder solitario y aislado». (14)
«El verdadero problema para Rusia no era la atracción de Ucrania por la OTAN, que fue limitada hasta en los años recientes. No eran las banderas norteamericanas u otanianas que se agitaban en la plaza Maidan en 2013, sino las europeas. La entrada en la Unión Europea (UE) es un objetivo inscripto en la Constitución. Kiev operaba el 40% de su comercio con la Comunidad de Estados Independientes al fin de los años 2000, solamente el 10% en 2020. La emigración por trabajo de ucranianos era hacia la UE, especialmente a Polonia. El tiempo ya había hecho su trabajo, el 30 % de la población no había conocido la Unión Soviética».(15)
«La Rusia de los años 2020 será sin duda un país agotado, minado por el debilitamiento militar, económico y demográfico. Las sanciones son un veneno lento para la economía rusa, y el dinero de los oligarcas a fugado. El país pierde un millón de habitantes por año … Ocho millones de ucranianos, principalmente mujeres y niños, han emigrado al extranjero a causa de la guerra. Un quinto de los ucranianos es de lengua materna rusa». (16)
«El 7 de febrero de 2022, ante Emmanuel Macron que intentaba convencerlo en el Kremlin de no invadir Ucrania, Vladimir Putin le recitó una parte de un verso ruso dedicado a Ucrania: «que si o que no te guste, lo vas a tener que soportar, mi bella, je te …. Si tu no me perteneces, no pertenecerás a ningún otro. El proyecto ucraniano no debe vencer, Ucrania no debe anclarse en Europa. Hay que subyugarla, y sino, aplastarla, y sino, aniquilarla». (17)