viernes, 12 abril 2024

La television y la sexualidad de los adolescentes

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Cientí­ficos del Instituto Pací­fico de Investigación y Evaluación de EEUU, han elaborado una investigación que estudia la influencia del contenido erótico y sexual de la televisión en la conducta sexual de los adolescentes.

En realidad, ya ha habido anteriormente bastantes estudios de este tipo; sin embargo, muy pocos abordan el tema desde la perspectiva en que éste lo hace, es decir, añadiendo un elemento fundamental, la actitud de los padres al respecto.

Y es que no es ningún secreto que dicho contenido en la televisión predispone a los adolescentes a conductas sexuales más precoces, más promiscuas, y con escasa idea de los riesgos que conllevan las relaciones sexuales inmaduras para la salud fí­sica y psicológica de los adolescentes, por no hablar del riesgo de embarazo indeseado, temas todos ellos que casi nunca aparecen en el contenido televisivo. En otras palabras, la televisión transmite una falsa idea de “placer sin riesgo” que los adolescentes muchas veces no saben interpretar adecuadamente.

Y ante ello, ¿qué recursos tienen los adolescentes para protegerse de dicha influencia y de sus riesgos? Solo cabe una respuesta: los padres. Por ello es que la actitud e intervención de los padres es fundamental. Y eso es lo interesante de este estudio, que analiza el comportamiento sexual de los adolescentes respecto a la televisión según la forma en cómo los padres hayan manejado la situación. ¿Por qué es interesante esto? Pues porque aunque los padres casi siempre sabemos que este tipo de contenidos en la televisión puede afectar su comportamiento, muy pocas veces saben cómo manejar adecuadamente la situación. De hecho, la educación de la sexualidad de nuestros hijos sigue envuelta en tabú.

En el estudio se manejan tres formas de abordar el tema con los hijos: la instructiva, en la que los padres orientan a los hijos sobre dichos contenidos, y cómo interpretarlos; la restrictiva, en la que los padres ponen limitaciones en las horas y contenidos que el adolescente ve televisión, y la compartida, en que el contenido de la televisión se ve “en familia”. Las tres formas muestran un mejor comportamiento sexual de los adolescentes en el futuro que cuando no hay ninguna intervención de los padres. Ello prueba que la intervención de los padres es fundamental.

Dentro de los diferentes tipos de intervención, la restrictiva es la que muestra resultados menos favorables, y tiene sentido. A los adolescentes se les restringe, pero no se les enseña. Y, en todo caso, la restricción es solo relativa. Hoy dí­a la exposición a cualquier tipo de contenido está en todas partes; no solo en televisión; y es imposible para los padres controlar toda esta exposición. Tanto la intervención instructiva, como la compartida, muestran mejores resultados.

Enseñar por anticipado la sexualidad de forma natural y sin tabúes proporciona los mejores resultados. No tiene que ser una lección magistral; más bien al contrario, debe ser una instrucción interactiva. ¿Y cómo provocarla? Porque normalmente a los padres les cuesta mucho iniciar dicho tipo de conversaciones. Pues de forma natural viendo en televisión dichos contenidos conjuntamente, incluso desde la pre adolescencia. De este modo estamos eliminando el tabú y creando un ambiente de naturalidad. De este modo también los padres detectan cuándo los hijos empiezan a mostrar particular interés e inquietudes a cerca de dichos contenidos. Al hacerles comentarios sobre dicho tema, evitaremos juicios radicales, es decir, “esto es malo, o esto es bueno, o es pecado”.

Expliquemos simplemente que es natural a cierta edad ese tipo de inquietudes, pero que conlleva múltiples riesgos, especialmente si se manejan a demasiada velocidad y de forma inmadura. Debemos hablar de todos los riesgos que conlleva, y como prevenirlos, pero, sobre todo, transmitir la idea de naturalidad en la sexualidad, al mismo tiempo que calma y tranquilidad. La sexualidad no es una competencia por ver quien llega antes; es como un vaso de deliciosa bebida que no tiene que beberse de un trago, sino disfrutar sorbito a sorbito en su momento.

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Margarita Mendoza Burgos
Margarita Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicólogía Médica, Psiquiatrí­a infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España; colaboradora de ContraPunto
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