Intransigencia, irrelevancia

La aprobación del Presupuesto General de la Nación para el corriente año 2017, tras tantas semanas de estar bloqueado el tema, es en sí­ una gran noticia. Pero, me parece, es todaví­a mayor noticia el que se haya finalmente aprobado sin los votos de ARENA. Es decir, en contra de la voluntad del principal partido opositor. A pesar de su tozudez. Pasando por encima de su capricho y pataleta. Se mira que tras su virtual intransigencia lo que se esconde es la irrelevancia real en que ha caí­do.

A la fracción legislativa del FMLN al final hasta le sobraron votos. Consiguió el apoyo del resto de fracciones – GANA, PCN, PDC – dejando aislada a la bancada arenera. El partido en el gobierno demostró en los hechos su disposición y su capacidad de llegar a acuerdos. Supo negociar y supo ceder. Para finalmente obtener el resultado.

Es importante que se haya logrado la aprobación a fin de que las distintas instancias del Estado, no sólo las del Ejecutivo, puedan funcionar con cierto grado de normalidad. Y también sirve para demostrar que no es cierto que, a 25 años de la firma del Acuerdo de Chapultepec, el proceso vaya en franco retroceso y la democracia sobreviva alicaí­da. O que en el ambiente sólo haya crispación y zozobra crecientes, la pura confrontación sin concertación, la permanente falta de entendimiento entre las fuerzas polí­ticas.

Quien queda expuesto por su inflexibilidad es ARENA. En una coyuntura marcada por los llamados a retomar el espí­ritu de la negociación y de los acuerdos de paz, a fin de avanzar hacia una posible segunda generación de acuerdos de nación. Tanto es así­ que la Organización de Naciones Unidas designó a un representante, diplomático mexicano de amplia experiencia, para que contribuya como facilitador del diálogo. Se prevé una serie de reuniones para identificar los problemas prioritarios, fijar la agenda y remover obstáculos que dificulten llegar a consensos básicos.

La patente inmadurez arenera desentona en el coro al que confluyen con sus voces las más diversas fuerzas polí­ticas y sociales del paí­s. Es de desear que se integre cuanto antes a los ensayos corales, una vez compruebe los muy escasos réditos polí­ticos que puede lograr con su desafinada ruptura del diálogo.

ARENA se dice dispuesta a hacer uso de un último recurso, el de inconstitucionalidad. Sus voceros anuncian que solicitarán a la Sala de lo Constitucional que anule el decreto legislativo que le da vida legal al Presupuesto. Quedará entonces el asunto en manos de “los cuatro magní­ficos”.

Éstos con el paso del tiempo han ido disminuyendo de talla hasta quedar en “los cuatro minúsculos”. Ya ni siquiera dan “una de cal y otra de arena”, sino que últimamente son “varias de arena por una de cal”. Tras el entendimiento legislativo logrado ¿se atreverán a anularlo mediante una imposición? Esperemos que no y que prevalezca la sensatez, la democracia y el respeto a la independencia de poderes.