La policía guatemalteca descubrió cocodrilos, zorros y otros animales salvajes el domingo 2 de junio, al hacerse con el control de la cárcel “El Infiernito”, ubicada en el departamento de Escuintla, a 70 km al sur de la capital de Guatemala. Este hallazgo se produjo tras el traslado de 225 miembros de la pandilla Barrio 18, conocidos por sus actividades de extorsión y crímenes.
El ministro de Gobernación de Guatemala, Francisco Jiménez, expresó su preocupación en su cuenta de X, calificando el hallazgo como “un tema gravísimo” que evidencia un “descontrol total” en la prisión. “Ya no hay ni un solo reo en el presidio ‘El Infiernito’. La vamos a reestructurar para que ahora sí sea una cárcel de máxima seguridad”, afirmó el funcionario.
Además de la fauna silvestre, las autoridades encontraron animales de granja como pollos y gallinas, así como una pileta con cocodrilos. Esta operación incluyó el apoyo de la División de Protección a la Naturaleza (DIPRONA), encargada de rescatar a otros animales encontrados, entre esas especies rescatadas se encuentran dos cocodrilos, dos mapaches, dos zorros grises, un gavilán y otra ave de rapiña.
El Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) informó que los animales serán evaluados por veterinarios para determinar su estado de salud y tratamiento necesario. Se evaluará si los animales pueden ser liberados en su hábitat natural o si necesitan ser enviados a un centro de rescate debido a su domesticación.
También, según imágenes oficiales, los internos contaban con aire acondicionado, televisores y refrigeradores en sus celdas.
Esta operación se realizó pocos días después de que el presidente Bernardo Arévalo admitiera que zonas de la capital están “prisioneras” de las pandillas, respondiendo a un llamado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para detener el reclutamiento de menores por estas bandas.