Hoy, a 30 años de firmado aquel Acuerdo de Paz, algunos de sus signatarios han muerto sin que se les recuerde con gloria; incluso, olvidados están aquellos que fueron heroicos combatientes, que cometieron hazañas.
Redacción ContraPunto
Hace 30 años El Salvador era un hormiguero alborotado pero pese a que las hormigas eran rivales unas contra otras, algo había caído del cielo, cual meteorito, que le quitó -al menos de manera pública- la ponzoña y las calenturas a las hormigas.
Los periodistas que cubríamos aquel evento no salíamos del asombro de que los dos bandos que hasta poco se descuartizaban, hoy podían aunque sea verse de frente y sin camuflaje. Un acápite del realismo mágico hecho vida.
Hacia las alturas los gracias a Dios no paraban… En tierra firme los gringos de George H. W. Bush y los perestroikanos de Gorvachov, se saboreaban los labios por el logro de la paz en El Salvador.
Los liderazgos de ambas partes ya se sentaban en una mesa redonda y se pasaban papeles para firmar; esto si, esto no… La única certeza era que se silenciaban los tiros; el FMLN se hacía partido político y el ejército echó o metió debajo de las alfombras a los más temibles y sádicos reyes de las masacres, las torturas, desapariciones y vigilantes de los “sotanas rojas”.
Mientras a los guerrinches se les iba quitando el tufo a monte y ya se les veía con cara de “indiones” pero bien peinados y perfumados. Algunos se operaron las narices, se hicieron crecer pelos en las calvas y no empolvaban nunca sus zapatos.
¿Y el pueblo? Pues ya llegaremos entre más fuerte pongan el himno de “el pueblo unido, jamás será vencido”…
De pronto el pueblo desapareció de los radares de la facciones efemelenistas: los hubo ortodoxos-socialistas-renovadores-socialcristianos y socialdemócratas, entre otros epítetos… Ahora los hay ramiristas, oscaristas, medardistas y hasta bukeleanos. ¿Y la ideología? Como dicen en Cuba; era verde y un chivo se la comió…
Hoy, a 30 años de firmado aquel Acuerdo de Paz, algunos de sus signatarios han muerto sin que se les recuerde con gloria; incluso, olvidados están aquellos que fueron heroicos combatientes, que cometieron hazañas.
Otros tienen estatuas, nombres de calles, plazas, pero sin mayores reverencias ni contenidos estéticos como el horrendo adefesio de la mujer azul dedicado a la reconciliación nacional. ¿Reconciliación?
Y lo peor: todos los ex presidentes de la postguerra están acusados y procesados por graves delitos de corrupción. Hasta el colmo de que los ex mandatarios Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, ambos del presunto redentor FMLN, se asilaron en Nicaragua y hasta se cambiaron de nacionalidad, como cambiarse de calcetines y dejando atrás a una retahíla de ex funcionarios a quienes -en su mayoría- hicieron caer en delitos…
Los ahora “caposalvatruchos…”: “Bien, gracias”… lamiéndole las suela de las botas a neo-chacal nicaragüense: Daniel Ortega y su esposa.
¡Qué vergüenza! No hay nada que celebrar frente a semejantes marufiadas.
En contraste leamos lo que Roque Dalton (a quien Funes y Sánchez Cerén intentaron vilipendiar), expresó su concepto de paz, que creemos que es el sentir de la mayoría de salvadoreños:
"Tendremos todos los fusiles alborozadamente. No importará la escarcha momentánea dándose de pedradas con el sudor de nuestro sobresalto, ni la dudosa relación de nuestro aliento con la ancha niebla, millonaria en espacios: caminaremos hasta los sembradíos y enterraremos esperanzadamente a todos los fusiles, para que una raíz de pólvora haga estallar en mariposas sus tallos minerales en una primavera futural y altiva repleta de palomas.