"La literatura y el teatro, desde tiempos remotos, han sido herramientas fundamentales para la crítica contra los poderes religiosos, morales, políticos y sociales": Mario Mejía.
Por Mario David Mejía.
Las sociedades humanas se configuran en torno a creencias que logran alcanzar mayor hegemonía. La literatura y el teatro, desde tiempos remotos, han sido herramientas fundamentales para la crítica contra los poderes religiosos, morales, políticos y sociales. Abordan tabúes, ridiculizan y reflejan las contradicciones de las normas dominantes en una sociedad.
Hace más de dos mil años, el Imperio Persa, bajo líderes como Ciro el Grande, Darío I, Jerjes y otros reyes, se regía por la creencia de que eran portadores de la verdad y la luz, y por lo tanto, tenían el derecho y la obligación de gobernar todo el mundo conocido en nombre del dios Ahura Mazda. Debido a esta creencia, intentaron conquistar agresivamente muchos pueblos, y estuvieron a punto de dominar completamente Atenas y Esparta.
En los territorios persas se pensaba que el rey tenía ojos en todas partes y oídos por todos lados, lo que hacía que los súbditos sintieran que su monarca los observaba y escuchaba en todo momento. En Atenas, la idea de que un gobernante se creyera con derecho a dominar el mundo entero y que su poder fuera casi omnipresente parecía algo siniestro. En este contexto, el dramaturgo Aristófanes crea una comedia teatral llamada “Los acarnienses”, donde se burla de las pretensiones del rey persa de gobernarlo todo y de verlo y escucharlo todo. En la obra, el embajador persa es presentado con un sólo ojo gigante, una imagen que ridiculiza la noción de omnipresencia y la arrogancia imperial de los persas. Aquí, Aristófanes utiliza la risa y la ridiculización para criticar el imperialismo persa.
En su obra de teatro y tragedia “Antígona”, Sófocles nos narra cómo la hija de Edipo, Antígona, decide desobedecer el decreto de su tío y rey de Tebas, Creonte, quien prohíbe darle sepultura a Polinices. Antígona considera que el decreto de su tío es una ley humana injusta, ya que contradice la ley natural, que ordena honrar a los muertos con un adecuado entierro. En esta trama, se demuestra que las leyes humanas, por el simple hecho de ser leyes, no son necesariamente justas si no están alineadas con una ley natural superior
En la obra de teatro “Romeo y Julieta “de Shakespeare, los dos jóvenes se enamoran perdidamente y deciden casarse en secreto y huir juntos, desafiando la voluntad de sus respectivas familias, los Montesco y los Capuleto, que son rivales. Esta obra critica la tiranía familiar que impone con quién deben casarse los hijos, destacando cómo las decisiones sobre el amor están controladas por normas sociales y familiares estrictas. A través de la tragedia de los protagonistas, Shakespeare reivindica la libertad del individuo en su derecho a elegir a su pareja, mostrando cómo el amor verdadero puede ser aplastado por las expectativas externas.
La obra refleja cómo las estructuras familiares rígidas, basadas en la rivalidad y el control, pueden destruir la libertad personal y, en última instancia, las vidas de los individuos. La tragedia de Romeo y Julieta no solo es un relato de amor prohibido, sino también una crítica a las fuerzas externas que impiden la autonomía personal, especialmente en lo que respecta a las decisiones afectivas y sentimentales.
El gran novelista ruso Fiódor Dostoyevski fue condenado a cinco años de prisión y cinco años de servicio militar obligatorio, acusado de conspirar contra el zar. Inspirado por los años que pasó en prisión en Siberia, escribió la novela Apuntes de la casa muerta, en la que el personaje Aleksandr Petróvich, condenado por asesinato, narra su experiencia en un campo de trabajos forzados. A través de este relato, el protagonista describe la vida cotidiana de los prisioneros y la mentalidad de los reos.
La obra se presenta como una crítica a la deshumanización sufrida por los prisioneros, mostrando que, aunque sus acciones puedan parecer retorcidas o incomprensibles, siguen siendo seres humanos con miedos, deseos, dolores, iras y anhelos. Dostoyevski nos invita a reflexionar sobre la complejidad humana y a reconocer la humanidad en aquellos que, por circunstancias, son tratados como seres subhumanos.
En la obra “La muerte de Iván Ilich” de León Tolstói, el protagonista, Iván Ilich, es un abogado que dedica toda su vida, que no llega a los cincuenta años, a cumplir con las expectativas sociales: ascender profesionalmente, casarse, tener hijos y lograr una vida acomodada. Sin embargo, tras alcanzar todo esto, se enfrenta a la muerte y se da cuenta de que su vida carece de sentido. Esta obra es una crítica a la imposición de expectativas sociales que empujan a las personas a vivir una existencia vacía, ajena a sus propios anhelos y deseos, y a la alienación que puede generar seguir normas ajenas sin cuestionarlas. La muerte de Iván Ilich es una reflexión profunda sobre la búsqueda de un propósito genuino en la vida frente a las demandas superficiales de la sociedad.
En el cuento “Sentencia definitiva” de José María Méndez, el protagonista es condenado a muerte por asesinato, aunque su crimen podría considerarse un exceso de legítima defensa, ya que fue él quien reaccionó ante una agresión previa. La obra narra la angustia del personaje en la víspera de su ejecución, reflejando su desesperación y el impacto emocional de enfrentarse a la pena de muerte. Esta historia es una crítica profunda a la pena capital y a la sociedad que la exige, mostrando cómo una persona puede cometer un error en un momento de tensión y terminar siendo víctima de una condena irreversible. La obra plantea, además, que cualquier ser humano está expuesto a esta situación, independientemente de las circunstancias que llevaron al delito.
Estos son sólo algunos de los muchos ejemplos de obras teatrales, novelas y cuentos a lo largo de la historia que han servido como herramientas para criticar los poderes que oprimen al ser humano. En la actualidad, en nuestro país, es urgente crear nuevas obras literarias y teatrales que actúen como una crítica contundente contra las violaciones a derechos humanos que estamos viviendo.