El gobierno de Donald Trump se prepara para comenzar a enviar esta misma semana a Guatemala a solicitantes de asilo en Estados Unidos, esto como parte del convenio firmado a finales de julio y por el que el país centroamericano se convirtió en ‘tercer país seguro’, dice el diario The Washington Post, que cita a tres fuentes con conocimiento del plan que hablaron bajo anonimato.
El pacto, cuenta el Washington Post, le da la potestad al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de enviar a Guatemala a todos aquellos solicitantes de asilo —principalmente salvadoreños y hondureños— que no hayan pedido protección en ese país mientras avanzaban hacia Estados Unidos.
Según dos fuentes que conocen el acuerdo con Guatemala, DHS empezaría a enviar a Guatemala a adultos solos y no familias. En un inicio, el acuerdo no había prosperado en Guatemala luego de que la Corte de Constitucionalidad guatemalteca (CC) recibiera al menos tres acciones de amparo y asegurara que debía contar con el apoyo del Congreso.
Pero una decisión posterior dejó abierta la posibilidad de que el saliente presidente Jimmy Morales pudiera implementarlo sin el apoyo de los legisladores.
El presidente electo, Alejandro Giammattei, quien asumirá en enero, ha criticado el acuerdo, pero funcionarios del gobierno estadounidense han reiterado este mes que si Guatemala deshiciera el acuerdo, Estados Unidos le retiraría la ayuda.
Justo cuando Morales le dio el visto bueno, lo hizo argumentando que era una medida para evitar las sanciones económicas anunciadas por Trump si se rompía la negociación entre ambos países.
La firma se dio luego de una escalada de amenazas de Trump con castigos como la prohibición de viajes a los guatemaltecos, la aplicación de un impuesto a las remesas y la imposición de una tasa de aranceles a todos los productos guatemaltecos exportados a Estados Unidos.
Acuerdos como el alcanzado con Guatemala, fueron firmados también con Honduras y El Salvador, pero estos aún no han sido implementados.
El secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, dijo que ser´án puestos en marcha de forma gradual para evitar saturar a los países centroamericanos que apenas reciben solicitudes de asilo.
Los acuerdos han sido duramente criticados al considerar que esos tres países no pueden brindar seguridad a los migrantes que ya de por sí vienen huyendo de contextos de violencia y pobreza extrema. Las cifras de homicidios ubican a sus capitales como algunas de las más peligrosas de la región.
Estados Unidos detuvo en su frontera con México a más de 800,000 migrantes durante el año fiscal 2019 (hasta septiembre), siendo este el mayor número registrado desde 2007.
En su mayoría se ha tratado de migrantes procedentes de los países del Triángulo Norte, siendo Guatemala y Honduras los que van a la cabeza en las cifras.