La Fuerza Armada de El Salvador (FAES) realiza este jueves la destrucción de 2.864 armas de fuego de diferente calibre, las cuales fueron obtenidas a través de incautaciones realizadas durante operativos policiales, informaron autoridades de la institución castrense.
Según estadísticas oficiales, desde el 2000 a lo que va del presente año, la FAES ha destruido más de 50 mil armas de fuego. La destrucción se realiza con la supervisión de representantes de la Policía Nacional Civil (PNC) y de la Fiscalía General de la República (FGR).
El artículo 75 de la Ley de Control y Regulación de Armas, Municiones, Explosivos y Artículos Similares, establece que “el Ministerio de la Defensa Nacional procederá a la destrucción de aquellas armas de fuego, municiones, explosivos o artículos similares que hubieren sido decomisados y cuya tenencia o portación fuere prohibida por esta Ley, exceptuando aquellas que sean propiedad de la Fuerza Armada o de la Policía Nacional Civil”.
Y agrega, refiriéndose a las armas artesanales: “Idénticas medidas se aplicarán en caso de armas de fuego decomisadas por alteración de sus números de serie, marca o características originales, así como también cuando se tratare de armas de fabricación artesanal”. La ley establece que la fundición debe realizarse seis meses luego de incautadas, o de no ser reclamadas.
En El salvador el 83 por ciento de los homicidios se cometen con armas de fuego de diferente calibre, en su mayoría, fusiles. De enero al 31 de octubre, la PNC reportó 3.063 armas decomisadas a delincuentes.
Recientemente, el experto en seguridad, Ricardo Sosa afirmó que El Salvador “es amante de las ramas de fuego”, por su alta tasa de delitos cometidos con las mismas.
“En toda Centroamérica circulan alrededor de seis millones de armas de fuego entre largas y cortas. El Salvador se ha caracterizado por ser un país con una sociedad violenta. Los criminales en el país poseen armas de grueso calibre y de uso privativo de la Fuerza Armada”, dijo el experto.
Sosa aseguró que la proliferación de armas se debe a los deficientes controles que existen para otorgar licencia de portación y matriculas porque no existen exámenes prácticos de tiro para los que solicitan armas.