Crónica de un paseo

Olvidaba decir que "Guapo" es el sobre nombre que le dan a Chester, nombre propio de un querido perro que muchas veces se cree humano

Surge como un ofrecimiento inesperado y sorprendente para el “Guapo” apelativo adquirido por su porte, su pelo amarillento y su agradable talante, él, ni siquiera tení­a los zapatos adecuados para la jornada, pero aparentemente estaba muy entusiasmado.

Al llegar al parque “Bicentenario” nos alistamos para emprender  la caminata, al inicio parecí­a desorientado e incrédulo del inmenso espacio que se abrí­a para su maratónica caminata, como es un tanto delicado y contumerioso se reprimí­a de caminar por la grama y siempre tomaba el sendero pavimentado, solo acepto caminar sobre la verde y fresca grama  cuando el sol  con su calor envolvente calentó  el sendero de cemento  y sus piececitos descalzos resentí­an la temperatura que se acumulaba en el piso.

 De vez en cuando se entretení­a siguiendo con la mirada el revoloteo de las coloridas mariposas  o se detení­a para  escuchar con atención el trinar de los pájaros que  habitan el lugar y que con diversos y agradables sonidos, celebran las lluvias que alimentan el verdor y el desarrollo de los árboles que  extienden sus ramas para dar cabida a los nidos de la diversas especies.

Como  él, es un ser citadino no está muy acostumbrado a moverse en el campo y se mostraba desconfiado ante la posibilidad de tomar otros senderos que él no conocí­a, también se cuidaba de no tomar agua de los reservorios naturales enturbiados por las lluvias que facilitan su formación y aun cuando se le ofreció agua embotellada en apariencia confiable, no quiso beberla  por no ser de su recipiente acostumbrado, e incluso no quiso comer en el parque el bocadillo preparado exclusivamente para él; como se le guardo, fue hasta el regreso a su casa que se lo comió con mucha hambre.

Él es sumamente sociable, educado y bullicioso, es por lo que  estando en el parque al encontrar grupos de jóvenes  rápidamente se entusiasmaba y buscaba acercarse  para socializar, es evidente que él se siente a gusto con otros seres que no necesariamente son sus iguales pero disfruta su compañí­a.

Cuando habí­amos caminado alrededor de una hora, evidentemente ya estaba un tanto cansado y apresuraba  el paso para regresar al lugar donde se habí­a dejado el carro, objeto  que le da seguridad de estar y llegar a  un lugar conocido, la casa donde creció y donde se sabe querido.

Olvidaba  decir que “Guapo” es el sobre nombre que le dan a Chester, nombre propio de un querido perro que muchas veces se cree humano y su alienación es tal  que en repetidas ocasiones, para bien o para mal, emula a las personas humanas superándolas, en algunos casos, en fidelidad y nobleza.