Crí­as, educas o ambas

Está claro que ya no basta con alimentar, vestir, proteger y escolarizar a los hijos

En estos tiempos un error muy común es confundir la crianza con la educación, o utilizarlos como sinónimos.

La crianza, por ejemplo, es el llenar las necesidades básicas de los individuos, pero sin completar la parte correspondiente a los valores, expectativas y/o metas, civismo  que entran en el terreno de la educación.

Además, estas metas serán influenciadas por el grado de aprendizaje, valores, ideales, que tengan los padres originalmente.

Pero está claro que ya no basta con alimentar, vestir, proteger y escolarizar a los hijos.

Los padres con verdaderas intenciones de educar tratan de realizar con sus hijos diferentes actividades e impulsar hábitos como leer, ir al cine y tener diferentes experiencias vitales como viajar y conocer otras culturas.

Les enseñan a elaborar planes y metas a relacionarse con el mundo de una manera adecuada.

Otra caracterí­stica muy común es que padres tienden a repetir la fórmula de cómo ellos fueron educados, y no siempre funciona.

En la mayorí­a de los casos esa fórmula se puede quedar corta, ya que a medida que avanza la sociedad,  en consecuencia la tecnologí­a, esas “recetas” deberí­an enriquecerse. También, por supuesto, es necesario cambiar la pauta educativa de cada generación que va viniendo al mundo para no quedar desfasados. Precisamente eso, no planificar la educación ni analizar lo que sus hijos van necesitando según la sociedad va cambiando y evolucionando, es el principal error.

En ese sentido, los paí­ses escandinavos, famosos por sus métodos innovadores- van a la vanguardia en términos de crianza y educación. Suecia, por ejemplo, se convirtió en el primer paí­s del mundo donde los castigos corporales a los niños estaban oficialmente prohibidos tanto en la escuela como en el hogar.

Definitivamente, los métodos y las formas de educar han cambiado en los últimos años, especialmente en el tipo de sanciones y en la amplitud de la libertad con que se abordan muchos temas. Gran parte de estos cambios tienen por origen las ideas educativas del famoso pediatra estadounidense Benjamin Spock, cuyo publicación "El libro del sentido común del cuidado de bebés y niños", de 1946, es uno de los más vendidos de todos los tiempos con 50 millones de ejemplares. Spock demolió las rí­gidas ideas tradicionales sobre el cuidado infantil y puso énfasis en la intuición y la flexibilidad como claves para la actuación de los padres.

Pero el aspecto clave es la educación y es fundamental el rol de los padres y madres, puesto que ellos deben transmitir valores e ideas que luego los conviertan en mejores personas, pero sin descuidar que sus hijos no son sus posesiones. Se necesita dedicarles tiempo de calidad y mucha paciencia”¦ Porque si la crianza es difí­cil, aún más lo es la educación.