El presidente de la República, Nayib Bukele, aseguró que El Salvador continuará construyendo su futuro de forma autónoma, sin someterse a presiones internacionales ni agendas externas. El mensaje fue emitido desde el Teatro Nacional de San Salvador, en el marco del primer aniversario de su segundo mandato presidencial.
Durante su alocución, que se extendió por poco más de una hora, Bukele defendió el modelo de gobierno que impulsa, resaltando que el país ya no está supeditado a la aprobación de actores internacionales. “No queremos ser lacayos de nadie”, expresó, aunque sostuvo que su administración está abierta al diálogo y la cooperación con la comunidad internacional, siempre que se base en el respeto mutuo y no en condicionamientos.
El mandatario denunció lo que calificó como un “ataque coordinado” proveniente de sectores que, según él, buscan desestabilizar al país. Señaló directamente a organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación críticos y actores de lo que denominó una “agenda globalista”, acusándolos de recurrir a una narrativa común para socavar la imagen de su gobierno.
Bukele también respondió a las críticas que lo tildan de autoritario. “Prefiero que me llamen dictador, si eso significa que los salvadoreños pueden vivir en paz”, afirmó, asegurando que la seguridad recuperada en las calles es una prioridad superior a los calificativos que se le atribuyen en el exterior.
En materia legislativa, defendió la recién aprobada Ley de Agentes Extranjeros, que impone un impuesto del 30 % a las donaciones recibidas por ONG con actividades en el país. Sin embargo, aclaró que este gravamen no se aplicará a aquellas organizaciones que desarrollen labores sociales directas con la población salvadoreña. A su juicio, la medida busca frenar la injerencia política disfrazada de cooperación, garantizando que los fondos internacionales sean destinados efectivamente al bienestar de la ciudadanía.
La normativa incluye la creación de un registro oficial de organizaciones extranjeras, administrado por el Ministerio de Gobernación, y otorga un plazo de 90 días para que estas entidades se inscriban formalmente una vez entre en vigor la ley.
Finalmente, Bukele reiteró que su gobierno no está guiado por la necesidad de agradar a observadores externos, sino por el compromiso de transformar El Salvador en un país digno, seguro y soberano. “Nuestro futuro no será fácil, pero será nuestro”, concluyó.
