Bukele arrasa en las presidenciales de 4 de febrero

Las elecciones del 4 de febrero vinieron a confirmar lo dicho por las encuestas: Nayib Bukele arrasaría en las urnas con amplio apoyo del electorado.

Lo dicho en las encuestas finalmente se expresó en las urnas: con 2,701,725 votos, Nayib Bukele obtuvo una victoria arrasadora en las elecciones del 4 de febrero pasado, que dejó a los partidos políticos de oposición en un evidente estado de bajo apoyo popular.

Al menos, eso es lo es lo que se observa en los datos del escrutinio final de los comicios presidenciales, finalizado el pasado viernes. La diferencia de votos es abismal y sin precedentes: aún restándole dos millones de sufragios a Nuevas Ideas, Bukele ganaría con más de 200 mil votos, frente a los 489,890 totales que suma la oposición en conjunto.

Esto supera el propio récord de Bukele en 2019 quien, bajo el partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), resultó triunfador con 1,434,856 votos. Y este 2024, obtuvo 1.2 millones más.

Por otra parte, los dos grandes rivales del pasado, ARENA y FMLN, ahora oposición, han perdido en estas elecciones más de 800 mil votos, en comparación a los comicios del 2019. Siendo 185,122 menos para el FMLN, y 679,203 para el partido tricolor. Lo cual se convierte en un claro mensaje: la población mayoritaria no se está sintiendo representada por estos institutos políticos.

Será tarea de estos grupos replantearse su papel en la sociedad como oposición, ya que, tomando en cuenta las estadísticas electorales, no se consolidan como una competencia que esté a la altura de su gran adversario.

No es para menos. Un escenario similar han venido vaticinando las diferentes encuestas, para las elecciones de diputaciones a la Asamblea Legislativa, donde NI obtendría amplia representación en los escaños, y una minoría para los partidos de oposición.

Sin embargo, la intriga de cómo quedará conformada la próxima Asamblea Legislativa sigue latente, pues, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) aún debe respuesta al soberano y a los contendientes. No se pudo concretar el escrutinio preliminar, y ahora el ojo público recae sobre los resultados del escrutinio final, el cual dio inicio ayer domingo, tras múltiples fallos y retrasos.

Ante este panorama, el TSE tiene sobre sus hombros una enorme responsabilidad, para garantizar un proceso de escrutinio transparente y justo, donde la decisión de los votantes sea respetada. Y de esta manera, asegurar la legitimidad de los resultados y, por ende, la estabilidad del sistema democrático.

Mientras que los partidos de oposición, deben enfrentar el desafío de redefinir sus estrategias, reconectar con la ciudadanía y abordar las preocupaciones y demandas que parecen haber ignorado en las últimas elecciones.