Brasil y lo que está en juego

La 8ª economí­a asume su destino en las urnas, donde éste fin de semana, los millones de brasileros convocados al proceso electoral asisten para definir el rumbo del paí­s: democrático o fascista.

Y es que su condición de economí­a global lo dice todo, pues su influencia es absoluta y referente; de ahí­ que los cargos en disputa bien valen decir, son de oro, para sí­ y para el resto del mundo.

Todo sin embargo se reduce a 2 candidaturas, la "oficial", de corte fascista y retrograda, misógina, xenófoba, apologista de la dictadura y antidemocrática, que concluye su ejercicio golpista con apenas el 1% de apoyo de la población(Amí­lcar Salas Oroño, CELAC), mientras al otro lado del espectro tenemos al PT, responsable de rescatar al Brasil por intermedio de Lula, de ser un paí­s sin efecto o sin peso en la economí­a global, a ser miembro de los Bric´s y por tanto de valí­a para sí­, la región en pleno y el orbe[sacando de la pobreza a 28,6 millones de brasileros bajo su administración].

Otros elementos que deben añadirse a la ecuación son la oferta de Bolsonaro, quién sin tapujos declara que venderá Petrobras, así­ como ceder territorio para el acantonamiento de tropas estadounidenses en el Brasil, algo sin precedentes en su historia, que lo reducirá a la dependencia, atraso y semicolonia, sin el sostenido proceso de industrialización o de universalización de derechos que adelantó el PT en los años de su gobierno y que son la clave de los logros económicos y sociales de Brasil en la última década, y que en los 2 años que le han seguido al golpe se los ha desmontado virtualmente(la pobreza consecuentemente se disparó alcanzando los 3,6 millones que regresaron a ella debido a las polí­ticas que impulso Temer, así­ como la violencia y la corrupción desenfrenada ““BID-), que son otros de los proyectos que implica la elección de Bolsonaro.

¿Por qué ésta caricatura de polí­tico revisionista tiene posibilidades electorales?

Entre otros por la desinformación que permea al proceso electivo, por las redes sociales y grandes medios, dirigida a la población protestante y conservadora que la ingiere sin ninguna reflexión, pero además porque no existen ninguna garantí­a de transparencia(el sistema legal retiene sin pruebas a Lula a pesar de haberse desestimado las acusaciones en su contra, así­ como rechazado los procesos contra Temer y su cí­rculo por corrupción, con todo y el irrefutable tsunami de pruebas existentes), responsable además del clima de inseguridad y violencia en que degeneró Brasil desde el golpe, y que paradójicamente propone su delfí­n, Bolsonaro, resolver(algo así­ como la regla nazi de "crear la crisis para crear la oportunidad").

Queda entonces conocer los resultados o si habrá segunda vuelta – que es probable pero además el medio de volver creí­ble el proceso – , y quienes aprobarán al tal (puesto que Bolsonaro ha rechazado otra lectura que no sea su victoria), por lo que todo se reduce a si Brasil será viable o si refrendará por la ví­a electiva a la dictadura.