El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, está llevando "la cosa" a pasos agigantados. Como se dice en el argot popular: no está perdiendo el tiempo ni pie ni pisada… Es por eso que recién, paralelo a la identificación de los funcionarios que le acompañarán en su gabinete, ha dado a conocer un plan de lo que será su acción en Centroamérica, en especial, su zona crítica denominada Triángulo Norte, que integran Guatemala, Honduras y El Salvador.
El plan del próximo gobierno de EEUU se denomina: "Plan de Biden para fortalecer la seguridad y la prosperidad en colaboración con los pueblos de Centroamérica", mismo que tiene 10 páginas.
"Actualmente, el Triángulo Norte enfrenta enormes desafíos a causa de la violencia, las organizaciones criminales transnacionales, la pobreza y las instituciones públicas corruptas e ineficaces. Esto está obligando a demasiadas familias, niños no acompañados y adultos a tomar una decisión insostenible: dejar todo lo que conocen y emprender un viaje peligroso para buscar una vida mejor, o quedarse y vivir bajo la amenaza constante de violencia, persecución, desesperanza o incluso la muerte", dice el documento.
Biden y el nuevo compromiso en la región
El nuevo compromiso contiene fondos millonarios, quizás como nunca antes EEUU invertiría en cuatro años de un período presidencial en Washington.
. Desarrollar una estrategia regional integral de cuatro años y $4 mil millones para abordar los factores que impulsan la migración desde Centroamérica;
. Movilizar la inversión privada en la región;
. Mejorar la seguridad y el estado de derecho;
. Abordar la corrupción endémica;
. Priorizar la reducción de la pobreza y el desarrollo económico.
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La gente de la región comprende que abordar estos desafíos de manera sostenible exige cambios sistémicos y reformas en muchos sectores de la sociedad en el Triángulo Norte, y ese tipo de cambio requiere una inversión seria de voluntad y recursos políticos en todos los niveles. Requiere el compromiso sostenido de los líderes y pueblos de El Salvador, Guatemala y Honduras, y a medida que avanzan, los Estados Unidos deben estar allí para ofrecer apoyo y colaboración. Es de claro interés para los Estados Unidos ayudar a impulsar ese cambio con una estrategia integral de apoyo de los EE.UU. para iniciativas regionales y el compromiso a los niveles más altos de nuestro gobierno.
Lo que deben dar las contrapartes:
• Requiera que los países asignen una cantidad sustancial de sus propios recursos y emprendan reformas significativas, concretas y verificables;
• Establezca condiciones sólidas para un progreso verificable con el fin de garantizar que los fondos de los contribuyentes estadounidenses se utilicen de manera efectiva;
• Ponga la lucha contra la corrupción en el centro de la política de los Estados Unidos en América Central;
• Dirija la inversión del sector privado, incluyendo a través de alianzas público-privadas, para complementar los fondos del gobierno;
• Invierta principalmente en organizaciones de la sociedad civil que están en la primera línea al lidiar con las causas fundamentales;
• Renueve los esfuerzos para trabajar de manera constructiva con México, Canadá y otros socios regionales de América Central y del Sur; y
• Reconozca el papel central de las mujeres como una fuerza poderosa para el desarrollo.
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