Analista asegura que no se trataría de una intervención extranjera, sino de un impulso a la lucha contra la impunidad y la corrupción
La tentativa creación de una Comisión Internacional contra la Impunidad en El Salvador (CICIES) acumula tanto críticas como elogios entre la clase política del país y algunas organizaciones sociales que sostienen por un lado que abre las puertas al intervencionismo de Estados Unidos, mientras que por otro, le apuestan a convertirla en “una medicina” para combatir lo que denominan “el virus” de la corrupción.
La propuesta de la creación de una comisión como esta fue enviada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) siguiendo el ejemplo de la que funciona en Guatemala. A esta idea se unió el fiscal general salvadoreño, Douglas Meléndez, quien recientemente expresó que ante la falta de recursos de la Fiscalía General de la República (FGR), sugería solicitar ayuda internacional que coadyuve a la investigación.
El pasado 24 de marzo, organizaciones ciudadanas a favor de una CICIES, se concentraron frente a la FGR para expresar su respaldo a dicha institución. Ahí estaba Paul Steiner del Movimiento Ciudadano Democracia Limpia, quien ha sido uno de los que más ha impulsado la propuesta.
Steiner sostiene que si bien el fiscal general ha dado muestras de trabajar para combatir la corrupción, las instituciones públicas que velan por la transparencia no deben depender de sus funcionarios en turno; además asegura que no están funcionando.
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El activista explica cómo sería el trabajo de una CICIES si se llegase a implementar en el país. “La CICIES no viene a sustituir al fiscal. El fiscal sigue teniendo el monopolio de la acusación penal. Tampoco viene a juzgar por lo que el sistema Judicial sigue independiente”.
Asegura que una CICIES trabajaría en dos fases como lo hizo en Guatemala. La primera es reforzar el Ministerio Público por medio de capacitaciones, formación especializada de la investigación y el uso de nuevas tecnologías. La segunda consistiría en mejorar las investigaciones actuando como una querella particular.
Injerencia
No obstante, el partido FMLN ha señalado que instaurarla, permitiría la intervención de los Estados Unidos o de organismos internacionales en la soberanía de El Salvador
“Si pobre está el fiscal de recursos, igual están todos. Ese no es argumento. Debe primar nuestra soberanía y voluntad y nuestra capacidad de ponernos en pie”, expresó recientemente Norma Guevara, diputada y jefa de fracción del FMLN, en respuesta a lo dicho por el fiscal general.
Sin embargo, Steiner opina que una comisión internacional no tendría autoridad sobre la población, el territorio o las autoridades de justicia. Además le recuerda al FMLN que Suecia, un país socialista, es el máximo financista de la CICIG de Guatemala.
“Es una falacia que digan que va a injerir en la ciudadanía. Lo que probablemente para ellos significa una intervención es que les causaría una pérdida en su orgullo porque no lo pudieron hacer ellos mismos”, señala Steiner.
En vista de dividir su trabajo en dos fases, el impacto, señala Steiner, no sería inmediato. “Comenzarían a fortalecer las instituciones del Ministerio Público y al Sistema Judicial. Eso probablemente tomaría unos tres o cuatro años. A medida que se fortalecen las instituciones, también se van logrando mayores resultados”, explica.
El Salvador ya ha tenido una Comisión Internacional de la ONU después del conflicto interno. Permaneció hasta 1996 combatiendo contra grupos armados que quedaron de la posguerra. Esta comisión sugirió continuar pero, según Steiner, El Salvador no lo permitió.
Se instaure o no, lo cierto es que El Salvador debe combatir la corrupción. Es un requisito de parte de los Estados Unidos, según dijo este miércoles la embajadora de ese país en El Salvador, Jean Manes, como una “señal clara” al Gobierno de Donald Trump de que el país está administrando bien la cooperación que recibe del país norteamericano.