Arte, memoria y valores: en Talleres Creativos del MUPI

Cada semana, cuatro educadores del MUPI se trasladan hasta las comunidades para facilitar 37 sesiones en total.

Cuando la jornada escolar ha terminado y la mayoría vuelve a casa, un grupo de niñas, niños y adolescentes decide seguir aprendiendo, esta vez a través del arte. Guitarra, serigrafía, batucada, dibujo y pintura llenan de vida centros escolares y una casa comunal de Ilopango, Soyapango, Tonacatepeque y San Salvador. Es el corazón del Proyecto PAZ del Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI), una apuesta por la educación alternativa y en valores.     

“Mi hijo ahora ya toca en la banda de la escuela”, dice orgulloso un padre de familia mientras observa una sesión de batucada. “Y todo comenzó aquí, en la Casa Comunal. Antes daban clases en la escuela, pero cuando la cerraron, nosotros mismos gestionamos para reabrir este espacio. Así no se pierde lo aprendido”.

Batucada.

Este esfuerzo comunitario es solo una muestra del impacto que tiene el programa “PAZ: Memoria, cultura, comunidad”, apoyado por la organización Terres des hommes TDH-Alemania. Consta de dos etapas principales: primero, la participación en uno de los Talleres Creativos; y luego, un espacio de reflexión sobre la prevención de violencias, basado en el libro Sé Auténtico No Violento, que invita a explorar temas como la autoestima, el bullying, el respeto, la equidad y los derechos de la niñez.

Cada semana, cuatro educadores del MUPI se trasladan hasta las comunidades para facilitar 37 sesiones en total, después de clases y con la participación voluntaria de estudiantes entre 3º y 9º grado. Las clases no solo despiertan habilidades artísticas, sino también fortalecen el liderazgo, el diálogo y el sentido de comunidad entre las y los participantes.

Serigrafía.

“Nos gusta venir”, comenta una adolescente mientras serigrafía una camiseta con mensajes positivos. “Aquí podemos expresarnos, crear y también hablar de lo que sentimos”.

Como parte del enfoque multiplicador, las y los participantes replicarán lo aprendido con sus compañeros, sembrando semillas de cambio en sus comunidades.

Dinámicas.

Desde 2014, el MUPI ha impulsado este modelo educativo con un enfoque de memoria histórica, cultura y transformación social. El arte se convierte en vehículo de expresión, pero también en herramienta de resistencia, construcción de paz y tejido comunitario.

Muchos de los jóvenes que alguna vez fueron parte del programa hoy forman redes, colectivos artísticos o emprendimientos culturales. Lo que comenzó como una clase de guitarra o una sesión de pintura, batucada o dibujo, se ha convertido para muchos en un camino hacia una vida más plena, auténtica y sin violencia.