Aplicación del Modelo de Economí­a Social de Mercado

La investigación sobre la experiencia de aplicación del modelo de Economí­a Social de Mercado, en varios paí­ses del mundo capitalista, especialmente en Alemania y Chile, en los últimos treinta años, permite seleccionar los principales requerimientos legales, polí­ticos, económicos y culturales.

Se requiere un Estado de Derecho, con una legislación adecuada y un sistema judicial independiente, respeto de los derechos humanos y sociales, la posibilidad de participar en el proceso de toma de decisiones polí­ticas y una cierta estabilidad y continuidad del gobierno. Los principales actores de la economí­a, especialmente los gremios empresariales y los sindicatos, necesitan conocer los beneficios y costos de modificar el modelo económico, decidir su posición y asumir sus responsabilidades ante la aplicación de este modelo.

En el caso de El Salvador, existen cinco oportunidades para la aplicación de este modelo económico: a) el desprestigio de las polí­ticas estatales al servicio del modelo neoliberal, durante su proceso de establecimiento en el perí­odo 1989/2008 (especialmente la apertura comercial, la privatización de instituciones públicas, la dolarización, la primera reforma del sistema de pensiones); b) la incapacidad de los dos gobiernos del partido FMLN, para adoptar un modelo económico alternativo al neoliberalismo; c) la revelación de la forma en que se habí­a aprovechado la aplicación del modelo neoliberal para el enriquecimiento ilí­cito de los dirigentes de los partidos polí­ticos tradicionales; d) la existencia de una cierta estabilidad del funcionamiento de la economí­a salvadoreña; e) el partido Nuevas Ideas expresó la intención de aplicar el modelo de Economí­a Social de Mercado durante la campaña electoral y consiguió el apoyo electoral de la mayorí­a de la población.

Existen siete obstáculos: a) la falta de conocimiento de la naturaleza del modelo de Economí­a Social de Mercado de parte de los profesionales de las ciencias sociales y de la población; b) la existencia de una oligarquí­a transnacional que adoptó el modelo neoliberal, que difí­cilmente dejará de promoverlo y defenderlo; c) la oposición a la aplicación del nuevo modelo de parte de la mayorí­a de diputados de la Asamblea Legislativa y de la Corte Suprema de Justicia; d) la crisis económica estructural de la economí­a salvadoreña desde el año 1995; e) la negativa de un sector mayoritario de la gran empresa privada y de los partidos de derecha a incrementar la carga fiscal; f) la deuda pública elevada; g) las culturas burocrática y de corrupción que existe en el sistema polí­tico y del sector público.

Se requiere un gobierno fuerte y negociador, que se identifique con el modelo de Economí­a Social de Mercado y se comprometa con sus objetivos económicos, sociales y ecológicos, muy flexible en relación a la coyuntura económica y polí­tica. Es esencial la Independencia relativa de los actores y disposición a lograr compromisos. El gobierno debe delegar algunas de sus funciones a instituciones autónomas, fortalecer los sistemas de supervisión y control de las actividades gubernamentales y de los mercados, fomentar la investigación aplicada a la producción. El gobierno debe ser transparente ante su partido y la población, debe respetar y utilizar los medios de comunicación, tanto los que lo apoyan como aquellos que lo critican; saber procesar las ideas crí­ticas y encontrar sus aspectos positivos.

Los obstáculos a la implantación de un nuevo modelo económico son de tipo económico, polí­tico, social y cultural; el neoliberalismo como modelo existente será defendido por la gran empresa privada, los partidos polí­ticos de derecha e incluso por gobiernos extranjeros como el de los EEUU; la mayorí­a de los procesos de cambio tendrán una larga duración, tomando en cuenta que se trata de comportamientos personales, empresariales, legales y burocráticos.

El gobierno debe tener como primer aliado a la mayorí­a de la población, a la opinión pública; así­ también dar la oportunidad de formar instituciones que representen directamente intereses de grupos (cámaras o asociaciones de empresarios, cooperativas, sindicatos, asociaciones comunales, etc.). El Presidente, su gabinete y principales ejecutivos de las instituciones gubernamentales debe mantener una permanente comunicación y aprendizaje con la población y su partido.

El cambio de modelo económico será realizado por la sociedad salvadoreña, por tanto el gobierno debe fortalecer la capacidad de las mayorí­as de la población para impulsar ese cambio y empuje a las instituciones del Estado a realizar sus tareas para facilitarlo. El gobierno debe tomar en cuenta la medida en que la población avanza en su proceso de comprometerse con el cambio de modelo económico y sus reacciones ante las medidas para realizarlo.

El partido Nuevas Ideas debe apoyar al gobierno en la aplicación del modelo, pero también cuidar que no se cometan desviaciones y errores, así­ como mantener una relación directa y permanente con el resto de la población.