Habitantes y líderes comunitarios del Cantón Florida, en el municipio de Aguilares, denuncian irregularidades legales y daños ambientales en los procesos de explotación a cielo abierto del Cerro El Chino. Según lo detallan, los titulares del Ministerio de Medio Ambiente (MARN) habrían avalado permisos extracción de “piedra volcánica”, en favor del denominado “Proyecto Cerro Negro” . con fines industriales; sin embargo, aseguran que los procesos de consulta han sido anómalos; y que la actividad de extracción se encuentra amenazando los caudales hídricos de la zona.
Según lo detalla la Alcaldía Municipal de Aguilares, en San Salvador, las labores de extracción rocas han estado vigentes desde las últimas dos décadas; pero, en años recientes han tenido participación activa, exclusivamente, las empresas Bloques de la Peña, de Procasa Inmobiliaria Sv; Megablock S.A. de C.V. así como el empresario Jorge Alberto Cruz.
“La lucha ambiental empieza hace un par de años, cuando empezamos a ver cómo la problemática, que se estaba desarrollando, era la que se estaban sacando los ríos en las quebradas que vienen del Cerro de El Chino. El problema, en sí, es que las empresas explotadoras de materia pétrea, del sector, tienen más de 20 años explotando lo que es cascarón rojo, escoria volcánica (…), para la elaboración de cemento, de bloques; e, incluso. de asfalto para las empresas constructoras o productoras”, asevera la lideresa comunitaria del Sector Sur de Aguilares, Mariela Morales García.
En el último Estudio de Impacto Ambiental (EsIA), dedicado a la observación de las actividades de la empresa Megablock, un equipo multidisciplinario en estudios ambientales lograron constatar que, el denominado proyecto, tiene afectaciones en la flora; en el uso del suelo; en la salud; en la modificación del paisaje y del relieve, con más del 80% en los 198,271 metros cuadrados de explotación; efectos sólo comparables con la producción de polvo y la alteración del suelo, con más del 70% en incidencia.
Escasez en Mantos Acuíferos
En horas de la mañana del pasado lunes, un grupo de manifestantes plantaron un acto de protesta frente al Ministerio de Medio Ambiente y de Recursos Naturales (MARN) para dictar un Escrito de Oposición al Proyecto Cerro El Chino. El escrito hacía constatar varias irregularidades y omisiones regidas en el segundo proceso de consulta pública, requerido para avalar el proyecto de extracción de minerales, en las canteras de la zona.
La principal demanda hacía constar la omisión del estudio de la afectación hídrica sobre los mantos acuíferos, luego de que los habitantes notaran una reducción del caudal de agua, en seis de los ríos de la zonas sur de Aguilares, situados a sólo escasos kilómetros del cerro, con mayor proximidad al casco urbano. Los habitantes sostienen que la piedra volcánica era la responsable de absorber y retener agua durante el invierno; y de abastecer los ríos, en la estación seca.
“El cerro está constituido por materia petrea, que se le llama piedra volcánica; que es un material que funciona como esponja. El material que se extrae es la esponjita natural, que tiene el cerro para absorber el agua y mantener los mantos acuíferos subterráneos”, explica Morales García.
La percepción de los habitantes es, además, reafirmada en el referido EsIA, sobre el proyecto de Megablock, en el que “se determina que la terraza final en el área de la Cantera Proyecto Cerro Negro Ayuda al mejoramiento de las capacidades de infiltración y recarga hídrica anual de acuíferos en la zona”; y que “la existencia de la terraza inferior contribuye a la recarga hídrica de manera indirecta”.
Las áreas colindantes con el cerro han sido identificadas como zonas de alta recarga de acuífera, hecho constatable en el Cuadrante Cartográfico del Cerro El Chino, que se reafirma en el Visualizador Geográfico de Evaluación Ambiental, del MARN.
“A medida de eso es que, de las 6 quebradas que estaban en el cerro hace un par de años, ya no existen. O sea, son quebradas que hoy por hoy, ya no tienen agua. El último río vivo que teníamos, que era el Río La Esperanza, o conocido en Aguilares como el Río del Cubito, que por muchos años fue un río importante, hoy está seco; y no solamente está seco”, dijo a ContraPunto, Morales García.
Sequía en Pozos
En el recurso de oposición, las líderes comunitarias, y elementos técnicos, demandaron la ampliación del EsIA con la observación de “impactos acumulativos”; es decir, de los efectos sucesivos, incrementables o combinados que serían el resultado de la actividad de extracción minera del Proyecto Cerro El Chino.
La abogada especialista en temas ambientales, Alma Sánchez, está acompañando el proceso de consulta pública a favor de la comunidad La Florida. En su programa de televisión local “Alma Sánchez Campo y Ciudad”, reconoció que el proyecto de extracción masiva podría tener consecuencias mayores a la pérdida de las riveras a cielo abierto:
“Obviamente, no sólo le vamos a echar la culpa al cambio climático, ni a otros factores propios de nuestra latitud, del lugar dónde nosotros vivimos… sino que éstos proyectos que muy seguramente no están desarrollando la evaluación del impacto ambiental, de la manera adecuada, también están generando un impacto, sumado al impacto de las mismas poblaciones, por su acceso al agua (…)”, dijo.
Los pobladores de la región estiman que el Cerro El Chino es el principal reservorio de agua natural que tiene Aguilares. Alertan, asimismo, que la sobre-explotación de materia pétrea dificulta la extracción de agua de los pozos comunales.
“Aguilares ha sido uno de los municipios que más ha tenido éste vital líquido; y, vemos que ahora, por la extracción del cerro, porque prácticamente el cerro ya está acabado, el agua ha disminuído, los posos de las casas de las personas, ahora ya están bastante bajos”, informó recientemente una de las lideresas comunitarias, Cristy Grande, en uno de los comunicados del Colectivo Ambiental Nantal.
Según informes de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), los pozos de agua de la zona de Aguilares oscilan entre los 4 y 12 metros de profundidad, respecto al nivel de la superficie. Pero desde el año 2000, según aseguran, el nivel del agua sobre la superficie era mayor, y tenía presión.
“La gente no se abastece de agua a todo el municipio, sino que solamente de casco urbano y a las comunidades aledañas. Pero, aún así, hoy por hoy, los pozos que antes tardaban dos horas en llenarse en las bóvedas, hoy tardan 24 horas al día, funcionando, y no se terminan de llenar. O sea, a duras penas logran subastar de agua a toda la parte que le corresponde. Y no es un agua 24 horas, sino que estamos hablando de agua servicio por horario”, aseguró la activista.
En efecto, hasta el año 2018, el municipio de Aguilares era una de las zonas con menor cobertura en servicios hídricos por habitantes, del departamento de San Salvador. En su informe de cobertura anual de 2018, ANDA reconoció que el abastecimiento sólo cubría menos del 16% en los servicios de acueducto y de alcantarillado, respectivamente.
Por otra parte, estudios ambientales han proyectado una disminución significativa del caudal de agua, en zonas subterráneas. Los locales manifiestan su preocupación, ante una supuesta evacuación de la administración de los pozos de agua, por parte de la autónoma.
“Si ANDA, una autónoma que está preocupada; y viendo para dónde se mueven los pozos, ¿qué va a pasar con las comunidades que estamos alrededor, y que no tenemos el servicio de ANDA, por ejemplo, sino que tenemos agua por servicio de tuberías por pozos comunales que se han desarrollado a lo largo de los años, y que se van a quedar sin agua?”, dijo Morales García.
Una Zona Desértica
El equipo de ContraPunto estuvo presente en el lugar de los hechos, sin documentar fauna silvestre local, ni vida vegetal mayor a la maleza seca y quemada, abundante en la zona de las canteras; además de animales de pastoreo en las regiones colindantes.
En el último EsIA, se sitúa al suelo de la zona de la cantera, en las Clases VIII y VII. Es decir, desde “suelos que contienen algunas limitaciones para el cultivo intensivo y que requieren prácticas y obras especiales para su conservación”, hasta “suelos con limitaciones muy severas, que hacen inadecuado su uso para cultivos intensivo”
Por otra parte, Morales García detalla que la humedad en las localidades del río La Esperanza hacía diferente al paisaje, hace tan sólo una década. Nos aseguró que la zona “tenía animales; o sea tenía biodiversidad, habían especies nativas de este río: pescados, el cangrejo… o sea, todo un río bastante vivo que hoy, el último verano pasado, este verano para ser exactos ,ya no cuenta con agua, pues ahí está completamente seco”.
En efecto, la región de la cantera hace contraste con la del ahora seco Río La Esperanza, una zona forestal colindante sobre la que, según lo declaran las líderesas comunitarias, ya existen tentativas de urbanización. Sobre ésta última actividad, las activistas se opondrían, nos declaran.
Anomalías Procesales
Según el registro de la Alcaldía Municipal de Aguilares, al menos cuatro sociedades estaría involucradas en la extracción de materia pétrea, desde las últimas décadas; y cada una con un proyecto específico.
Por su parte, Cristy Grande asegura que “ya tienen más de veinte años de estar sacando material del cerro; y vemos la problemática que se ha aumentado”, refiriéndose a los períodos desde los que las actividades extractivistas se hacían aún sin los permisos necesarios.
Sin embargo, los registros formales de la comuna datan desde el año 2010, tras la ejecución del proyecto Cantera Cerro El Chino II, titulada por Juan Antonio Cruz y Jorge Alberto Cruz quienes, junto con la compañía Blokitubos S. A. de C.V. y su proyecto titulado “Explotación de Material Pétreo en Cerro El Chino” tendrían intervención directa sobre la zona de explotación en la que el actual Proyecto Cerro El Chino solicita reincorporarse.
Otras entidades, como Sociedad de La Peña C.A de C.V. y Juan de Dios Zamora Solís han tenido participación desde los años 2012 y 2018, respectivamente. Actualmente, sus actividades no tienen vigencia.
De acuerdo con el Reglamento General de Medio Ambiente, vigentes desde el año 2000, los procesos de consulta tienen lugar en “el otorgamieto de concesiones para la explitación de recursos naturales” (art. 10, lit c); y la primera iniciativa de consulta pública es precedida por la empresa (art.12), que exige, entre otras cosas, la aplicación de un EsIA, sobre los proyectos a realizarse.
Hasta el 2019, el EsIA de Megablock demostraba impactos significativos sobre la calidad del suelo y del ambiente, en general. El equipo consultor recomendó la implementación de medidas ambientales, con un costo de hasta $156,667.65 dólares en total, para mitigar los riesgos de dicha actividad. Pero, hasta el momento no se han hecho constar los avances de los proyectos de mitigación.
Por otra parte, los activistas han testificado varias irregularidades en el proceso de Consulta Pública en la comunidad del Cantón La Florida. En el proceso, titulado por el MARN (art 32), aseguran que existe una falta de transparencia y una posible vulneración al derecho de respuesta; y daños ambientales consecuentes a la actividad de extracción.
“Nosotros, en 2019 mandamos al rededor de tres mil cartas de oposición, que se sumó la mayoría de personas de la Comunidad de Aguilares. Luego tuvimos una concentración, también, con la comunidad, y con Tutela Legal (María Julia Hernández) que nos está ayudando, también… hicimos un plantón para decir, para exigir qué pasa; porque tienen que darnos una respuesta de lo que está pasando. Y, hasta el momento, no tenemos ninguna respuesta”, lamentó Cristy Grande.
A los recursos de oposición, se suman varias denuncias en el Juzgado Ambiental. En los últimos procesos, sin embargo, observarían la inoperancia de la representación judicial, según testifican.
“El juez ambiental ya había intentado hacer la inspección y de parte de la Alcaldía. Le habían dicho que no conocía en dónde estaba el problema que; no sabían dónde estaba la cantera. Entonces, fue un momento de que se desperdició esa visita del juez (…). Supuestamente, en enero del 2020, el año pasado, se vuelve a contestar el juez; y subimos (al cerro) como parte de la comunidad para mostrarle el problema. Sabemos de que ya tendrían que haber dado media cautelar (…)”, dijo Morales García.
En último Escrito de Oposición, las activistas y técnicas señalaron varias omisiones legales, que no tuvieron lugar en el EsIA de Megablock. Entre las tantas, el Estudio de Riesgo (Dcr. N.º 17), del Reglamento General de la Ley de Medio Ambiente; las Directrices para la Zonificación Ambiental y los Usos del Suelo del Marn; estudios de la calidad del aire, entre otras cosas.
“Si fuera un suelo de alto valor hídrico (Cerro El Chino); bien podría haber sido catalogado como un suelo no urbanizable, porque si las necesidad de agua es cubierta por esa perforación, o por ese reservorio que va a dar a varios afluentes; o varias vertientes”, dijo Sánchez.
Sánchez valora que la definición del uso del suelo no tuvo lugar en el EsIA. Según ella, la clasificación del mismo definiría la gestión de proyectos urbanizables, no urbanizables, de conservación ambiental o de extracción. La última clasificación debe demostrar la no afectación en los bienes jurídicos ambientales, y será auditada por el MARN; y pasará a una nueva etapa de evaluación en el Ministerio de Economía (MINEC).
Al día de hoy, la última compañía de extracción vigente era la de Blokitubos. Los locales de la zona aseguran que la maquinaria ha seguido actuando, y no se reportan avances en la mitigación de riesgos ambientales. Mientras tanto, la filtración del agua en el cerro sobre mantos subterráneos es un hecho, tanto como el desabasto de los ríos y pozos de la zona. Y, en tanto las actividades de extracción perduren, el problema será mayor, según lo valoran las activistas.