viernes, 2 mayo 2025

Albino Tinetti: universitario de toda la vida ha partido

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"Honor a Albino Tinetti, y que su legado académico y moral se perpetúe y sirva de ejemplo para mejorar siempre la buena calidad de las profesiones universitarias": Víctor Valle.

Por Víctor Manuel Valle Monterrosa.

La noticia de un fallecimiento siempre provoca oleajes de emociones. Cuando se trata de un amigo entrañable de más de 60 años, la conmoción golpea porque, aunque inevitable, la noticia siempre resulta no esperada y lamentable.

El 18 de marzo por la mañana falleció a sus 86 años Albino Tinetti Quiteño que, en nuestra costumbre de llamar a las personas por un título, fue por muchos años y merecidamente el respetado Dr. Tinetti.

Albino será recordado desde muchas facetas intelectuales. Deseo referirme a una condición suya que llegó a ser ontológica: la de universitario de toda la vida, universitario en sentido integral como estudiante, docente, organizador y sobre todo estudioso de siempre.

Conocí a Albino, quien me llevaba dos años de edad, en 1960 y lo veía como el fogoso y aguerrido dirigente estudiantil en la Facultad de Derecho cuando se libraba la lucha contra los desmanes tiránicos del gobierno del teniente coronel José María Lemus. Otros líderes conocidos en esos tiempos eran Roque Dalton, Ivo Alvarenga, Miguel Sáenz Varela, Rodolfo Antonio Gómez, Fidel Chávez Mena, Miguel Parada, para mencionar una muestra de esos, en ese entonces, valiosos y valientes universitarios.

Dos años después lo traté con más cercanía y frecuencia cuando, desde agosto de 1962, constituimos un plural comité estudiantil para impulsar un programa de reforma en la UES bajo el liderazgo de Fabio Castillo Figueroa quien ese mes regresó de su primer exilio y había sido propuesto como candidato a Rector de la Universidad.

La fragua de nuestra amistad se consolidó cuando, en 1963, el Consejo Superior Universitario constituyó una Comisión de Reforma Universitaria con docentes universitarios respetados y representantes de la AGEUS, por entonces la prestigiosa asociación de la única universidad que había en el país, la Universidad de El Salvador, la primada del país.

La AGEUS, presidida por Antonio Osegueda, cercano al Partido Comunista, e Ivo Alvarenga, líder estudiantil socialdemócrata, nos designó como esos representantes estudiantiles, lo que nos permitió compartir experiencias en materia de reforma universitaria, la cual se llevó a cabo intensamente entre 1963 y 1966. Los profesores miembros de la Comisión eran los doctores Fabio Castillo Figueroa, Alejandro Dagoberto Marroquín, Mario Flores Macal y Alfonso Trejos.

Como parte de la reforma que impulsamos había un componente de reorganización de los estudios universitarios y ambos, con la compañía y magisterio de los destacados académicos mencionados,estuvimos en la organización de la administración académica, la centralización del proceso de admisión y matrícula, el establecimiento de una modalidad de estudios básicos iniciales llamado Áreas Comunes, la fundación de los centros regionales que devinieron Facultades Multi disciplinarías y, muy importante, la fundación de la Facultad de Ciencias Agronómicas y los Departamentos de Ciencias.

Con base en un programa de becas al exterior financiado con fondos de la UES, partimos estudiar un Magister en Educación, Albino a Massachusetts, (Universidad de Harvard) y yo a Pennsylvania (Universidad de Pittsburgh). Regresamos en 1972 para ser incluidos en el equipo asesor del Rector Rafael Menjívar bajo la coordinación de Eduardo Badía Serra, por entonces el Secretario de Asuntos Académicos.

El Rector Menjívar tuvo la malhadada suerte de ser expulsado de su cargo y del país por la ocupación militar de la UES en el gobierno del coronel Molina en 1972. Todos los funcionarios fuimos cesados por la Asamblea Legislativa, que ya era plural gracias a la reforma política de la representación proporcional. Albino tuvo que retirarse de la UES (creo que para siempre) y algunos partimos al exterior. Aún se viven secuelas de ese infame zarpazo de lesa cultura perpetrado por el gobierno de Molina (1972-1977).

Desde sus tiempos de estudiante sobresaliente de Derecho, Albino comenzó a surgir como un educador nato. Fue ayudante de cátedra del prestigioso jurista internacional y filósofo del Derecho, Reynaldo Galindo Pohl, con quien se inició como docente universitario en la Universidad de El Salvado. Después del zarpazo mencionado, ejerció docencia en universidades privadas.

En la ESEN desde el 2012 y por 10 años, fue Decano de la Escuela de Ciencias Jurídicas donde educó varias generaciones de abogados.

Antes, en 1992, poco después de los Acuerdos de Paz, fue nombrado por el Consejo Nacional de la Judicatura Director de la Escuela de Capacitación Judicial desde donde educó muchos abogados, incluidos jueces donde desplegó sus condiciones de jurista y educador.

Realmente, Albino fue un maestro de varias generaciones en diversos centros de educación universitaria, desde su Alma Mater la Universidad de El Salvador, hasta su Decanato en Ciencias Jurídicas de la ESEN.

Podría decirse que la vida de Albino se hizo mensaje y prototipo para inspirar a juventudes estudiosas y comprometidas con la justicia para todos: erudito, estudioso de toda la vida, riguroso en el método y la didáctica superior, sencillo para explicar usuales enredos jurídicos y una conducta sin tacha. Y por su vida sencilla, sin dobleces y de pensar profundo, no le era ajeno un sentido de humor que a veces en las conversaciones en el seno de confianza se podría tornar sarcasmo e ironía implacables.

Deja un gran vacío; pero también un legado inacabable en sus centenares de discípulos de universidades a lo largo de sus más de 60 años de praxis docente y actividades académicas.

Mucho se ha dicho y se dirá en estos días por la sensible partida de Albino hacia el ignoto más allá. Un universitario de los 1960 en la UES, ahora casi octogenario, ha circulado una breve reflexión sobre Albino: “Fue uno de los constructores de una nueva Universidad (UES) que nos formó académica, política y socialmente a algunos de nosotros”.

Honor a Albino Tinetti, y que su legado académico y moral se perpetúe y sirva de ejemplo para mejorar siempre la buena calidad de las profesiones universitarias.

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Víctor Valle
Víctor Valle
Educador universitario y activista social. Doctor en Educación, Universidad George Washington, 1983; Doctor en Educación, Universidad de Costa Rica, 1983; Master en Educación, Universidad de Pittsburgh, 1971; estudios de pregrado en Ingeniería Civil, Universidad de El Salvador, 1959-1965.

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