El comisionado nacional de Derechos Humanos de Honduras dijo que casi 80 mil personas han muerto en este país en los últimos 17 años. La cifra, afirmó, es significativa debido a que en esta nación no existe ningún conflicto bélico
“Las practicas dañinas y antidemocráticas como el odio, intolerancia y confrontación entre hermanos han penetrado la familia hondureña y hay una víctima mortal cada 116 minutos o 12 cada día”, aseguró a periodistas el defensor del pueblo, Roberto Herrera.
Informó que entre 2002 y junio de 2019, al menos 79,400 personas perdieron la vida de manera violenta.
“Esos son datos conservadores”, afirmó a The Associated Press el analista político Raúl Pineda Alvarado.
En Honduras no existen cifras oficiales exactas, aseguró, “porque no impera un modelo republicano, donde los poderes están separados, y quienes aplican la ley a los delincuentes están sujetos a la decisión política del poder ejecutivo”.
El presidente Juan Orlando Hernández enfrenta una severa crisis de credibilidad desde que la Corte Suprema permitió su reelección en 2016, prohibida por la Constitución. Hernández controla todas las instituciones del Estado, incluso las fuerzas armadas y la policía, según la oposición política.
En su informe mundial de este año, Human Rights Watch destacó que los delitos violentos son un “problema generalizado” en Honduras, que presenta una de las tasas de homicidios más altas del mundo a pesar de que se ha reducido en los últimos cinco años.
La tasa actual es de 40 muertos por cada 100.000 habitantes; en 2012 era de 86, según información oficial.
A pesar de esta disminución en ese rubro, en lo que va de 2019 se han registrado unas 41 masacres con 144 víctimas mortales, informó el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma, aumentando en 32,3% con respecto al mismo periodo del año pasado. El gobierno atribuye el fenómeno a las pandillas que controlan el 33% del territorio hondureño, de 112.492 kilómetros cuadrados, donde viven 9,2 millones de habitantes.
La actuación del poder judicial y la policía, dos instituciones donde la corrupción y los abusos son generalizados, sigue siendo en gran medida ineficaz, dijo Human Rights Watch. En general, los delitos y las violaciones a los derechos humanos quedan impunes.
La impunidad en Honduras es de 96%, de acuerdo con el gobierno. Solo el 4%de los delitos es sancionado.
En el país la violencia es palpable en diversos ámbitos. En 2017, por ejemplo, la reelección de Hernández generó una ola de protestas que fueron reprimidas y provocaron la muerte de 22 civiles y un policía, y la detención de más de 1.300 personas.
“Es el sistema el que genera la criminalidad porque quien viola la ley no es rehabilitado y las 28 cárceles gubernamentales permanecen en poder de los reos a través de un autogobierno con las autoridades”, añadió Pineda Alvarado. “En esos recintos abundan los narcotraficantes, pandilleros y criminales”.
Por Honduras pasan cada año más de 100 toneladas de cocaína procedentes de Sudamérica con destino a Estados Unidos, de acuerdo con datos de la embajada norteamericana en Tegucigalpa.
Las autoridades incautan alrededor de seis toneladas de cocaína cada año, mientras en Costa Rica y Panamá esa cifra es superior a las 40.