Yuval Noah Harari nos dice que, el imperio ha sido la principal forma de organización política en la humanidad durante más de dos mil años
Por Mario Mejía
Alcanzar la objetividad en el estudio de la historia es una de las tareas más difíciles. Pero es necesario alcanzarla o acercarnos lo más posible a ella, para que así comprendamos mejor nuestro presente, y también, para visualizar y construir un mejor futuro. Se acerca el doce octubre, fecha en que se cumple un aniversario más del llamado ‘’descubrimiento de América’’ realizado por Cristóbal Colón. En esta fecha se hacen visibles muchas condenas a la expansión española en América, se le acusa de usurpar estas tierras, condenarla al subdesarrollo, robar el oro, etc. No pretendo decir que la expansión española en América fue buena o mala, sino comunicar la complejidad de su significado y legado. Esto cuestiona severamente la actitud extremadamente negativa que se tiene del pasado imperio español en América.
Yuval Noah Harari nos dice que, el imperio ha sido la principal forma de organización política en la humanidad durante más de dos mil años. Si bien es cierto la explotación, la opresión y la crueldad han sido parte esencial de todos los imperios, o al menos la mayoría, también es cierto que, muchísimos avances artísticos, científicos y de otras áreas del saber humano, sucedieron en el seno de imperios. Guste o no, somos las suma de imperios del pasado.
Las leyendas negras sobre los imperios no nos ayudan a conocerlos objetivamente. Según Julián Juderías, la ‘’leyenda negra de España“ es un relato que nos construye la imagen de una España fanática, bárbara, inquisitorial y oscurantista, que depredó al continente americano y persiguió la libertad de pensamiento y a la ciencia. Pero el comportamiento de España en América es mucho más complejo de lo que dice la ‘’leyenda negra’’.
La expansión española en América fue una mezcla de guerras y alianzas políticas de los españoles con pueblos indígenas. Recordemos que, cuando Pedro Alvarado entró en el actual El Salvador, venían con él más de cuatro mil indígenas aliados. Alberto Ibáñez nos dice que, antes de la llegada de los españoles: la guerra, la esclavitud, invasiones, sacrificios, explotación y otras formas de crueldad, era algo común entre los pueblos indígenas. Es por eso que los españoles encontraron muchos aliados, como los tlaxcaltecas y los totonacas que llevaban mucho tiempo sufriendo la opresión de los aztecas. El descubrimiento de los pueblos nativos de América, trajo una fuerte controversia filosófica-jurìdico-moral sobre su naturaleza humana. Los indígenas fueron finalmente reconocidos como seres humanos, como sujetos de derecho y súbditos de la corona española. Una prueba de ello fue el severo debate sobre la legitimidad de la conquista y las varias leyes que la corona promulgó para proteger a los indígenas de los abusos de las bandas de conquistadores. María Elvira Roca Barea nos dice que, el hecho que a los indígenas se les reconociera derechos, significó un gran avance moral para la época, al otorgarse dignidad y otros derechos a una población conquistada. Todo esto sentó las bases de un nuevo derecho internacional. También nos cuenta sobre, la Real Cédula de Felipe II que ordenó la creación de cátedras que fomentaban el conocimiento y estudio de las lenguas indígenas. Es más, los jesuitas tenían la obligación de aprender al menos una lengua indígena.
Pedro Insua nos argumenta que, Las Indias, es decir, la américa española, no eran colonias de España, sino parte integral de España, parte integral de la corona española. Bien cabe la idea de que nosotros no éramos colonia de España sino que, éramos también España. Argumento similar sostiene María Elvira Roca barea , de que Las Indias no eran colonia de España porque tenían el mismo rango que la corona de Castilla. Sin embargo, el uso de la palabra “colonia’’ aparecería hasta el surgimiento de una dinastía española afrancesada. Podemos de decir que, al menos hasta las cercanías de la independencia, Las Indias fue considerada parte integral de España y no su colonia.
Jesús G. Maestro nos da a entender que, el imperio español en América fue un imperio generador. Los españoles dejaron universidades en América. No es que Hispanoamérica perteneciera a España, sino que era España misma. Hay diferencias básicas entre un imperio generador y un imperio depredador, un imperio generador comparte con los habitantes de los territorios ocupados su propia tecnología, y una de las principales tecnologías que hay que compartir es la lengua. Los españoles que ocuparon América compartieron con los indígenas la lengua española. La lengua española de mil cuatrocientos noventa y dos es una tecnología más potente que las lenguas habladas por los indígenas. No todas las lenguas son iguales, hay lenguas más desarrolladas que otras. Pero lo que debe quedar claro es que los imperios generadores comparten las tecnologías propias con los pueblos que conquistan, mientras que los imperios depredadores no sólo no comparten las tecnologías propias sino que las utilizan para exterminar a los habitantes de los territorios que conquistan. La siguiente característica consiste en que, los imperios generadores se mezclan biológicamente con los pueblos conquistados, es decir que, son partidarios del mestizaje. El imperio español se mezcló con los pueblos nativos de américa, toda la población actual de Hispanoamérica es el resultado `de la mezcla biológica con la población española de la península ibérica, mientras que los imperios depredadores no se mezclan biológicamente con los pueblos que conquistan, un claro ejemplo fueron el imperio inglés y el imperio francés. Otra característica del imperio generador es la fundación de ciudades homólogas a las ciudades del estado imperial que invade el territorio, y además, se sitúan en el interior de tierra firme y no en las costas para simplemente utilizarlas como explotación de recursos.
Vemos que España habría sido un imperio generador al compartir su tecnología, su biología y su mismo status jurídico político y filosófico con los habitantes de América.
Después de estas breves explicaciones y reflexiones, vemos que la leyenda negra española nos impide ver la complejidad del pasado imperio español en América. Por lo tanto, la pregunta si ¿el doce de octubre debería ser el día de la resistencia o el día de la hispanidad?, es difícil de responder.