Desempeño de la economí­a salvadoreña en 2017 y perspectivas para 2018

Según la Cepal las condiciones alcistas de los precios de las materias primas y de los combustibles en el contexto internacional, podrí­an desencadenar presiones inflacionarias en la economí­a salvadoreña

Según datos proporcionados por la Comisión Económica para América Latina a diciembre de 2017, La Economí­a salvadoreña experimentó un crecimiento económico, medido por la variación anual del Producto Interno Bruto, de una tasa del 2.4% en el año 2017 respecto al año anterior.

EL DESEMPEí‘O ECONOMICO EN CENTROAMERICA

Para que lo veamos en perspectiva, el desempeño económico de la Economí­a Salvadoreña está por debajo del  resto de economí­as de Centroamérica para el mismo perí­odo: Costa Rica creció a un 3.9% gracias al sector exportador diversificado que tiene y al dinamismo de las exportaciones de equipos y dispositivos médicos y de servicios. El resto de paí­ses de Centroamérica han crecido a tasas similares gracias al dinamismo del consumo privado impulsado por las remesas familiares y las exportaciones tradicionales de bienes agrí­colas: café, azúcar y otros. Excepto Nicaragua que ha crecido a un 5% anual.

EL CRECIMIENTO DE LA ECONOMIA SALVADOREí‘A Y LA CAIDA DE LA INVERSION

El Talón de Aquiles de la Economí­a Salvadoreña radica en que ha perdido su potente sector exportador de café, por una parte; y por otra, el decaimiento de su inversión.

El crecimiento de la Economí­a Salvadoreña ha estado impulsado por el aumento de la demanda agregada: por una parte, el consumo privado estimulado por la dinámica ascendente de las remesas familiares y por otra, el aumento de las exportaciones tradicionales principalmente de azúcar y por exportaciones de la industria textil y de prendas de vestir. Pero en cuanto a la inversión ha caí­do de 2155millones de dólares en 2016 a 1735 millones de dólares en 2017, es decir una disminución de un 20% en el perí­odo considerado (en lo que se refiere a anuncios de inversión), también ha disminuido la inversión pública en un 12% respecto al año anterior afectando principalmente a la industria de la construcción. Así­ mismo el crédito a las empresas por parte del sector financiero se ha visto disminuido en todos los sectores de la economí­a. Esto sin duda se debe a la incertidumbre que enfrentan las empresas ante la actividad delincuencial, la inseguridad jurí­dica y el aumento de los costos del financiamiento.

CRECIMIENTO ECONOMICO Y BIENESTAR DE LA POBLACION

Si quisiéramos medir el impacto, promedio, del crecimiento económico en el bienestar de la población, podrí­amos hacerlo a través de la variable producto interno bruto por habitante. Para tener una idea de ese impacto en el caso de El Salvador y revisando los datos del BCR del Pib por habitante en el perí­odo 2008-2016 tendrí­amos que para 2008 fue de $1510.19 y para 2016 de $1567.98, podemos ver que el Pib por habitante apenas acumuló un 3,8% como incremento de su valor, en un perí­odo de ocho años, esto debido a las bajas tasas de crecimiento experimentadas por la economí­a salvadoreña en el perí­odo posterior a la crisis financiera internacional de 2008-2009

De ahí­ la importancia del crecimiento económico que permite mejorar el bienestar económico de la población a través del ingreso generado a los factores productivos y también permite al Estado mejorar la recaudación de impuestos y devolverlos a la ciudadaní­a en concepto de servicios de educación, salud e infraestructura.

PERSPECTIVAS PARA 2018

La Cepal prevé que la Economí­a Salvadoreña mantenga la misma tasa de crecimiento para 2018.

Según la Cepal las condiciones alcistas de los precios de las materias primas y de los combustibles en el contexto internacional, podrí­an desencadenar presiones inflacionarias en la economí­a salvadoreña debido a que éstos son componentes básicos de nuestras importaciones de hidrocarburos y otros bienes intermedios.

Las medidas migratorias tomadas por el Presidente, Trump relativas a la derogación del estatus de protección temporal para los migrantes, podrí­an incidir en el volumen y en un decrecimiento de las remesas familiares afectando así­ el crecimiento económico y el bienestar de los trabajadores y sus familias.

 Las perspectivas no son halagí¼eñas. Solo un acuerdo nacional que comprometa a todas las fuerzas del espectro polí­tico a respetar la institucionalidad democrática del paí­s, y a destinar recursos para un plan de desarrollo de la educación y la salud de la población salvadoreña, particularmente de su juventud, abrirá la ruta hacia un crecimiento sostenible en el mediano plazo.