Por Alessia Genoves
Calificación de riesgo cae de Caa1 a Caa3. El resultado ha sido asignado por la empresa de calificación de riesgo, Moody’s Investors Service (Moody’s), entre otras cosas, por la deuda de $800 millones en eurobonos, adquirida del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2012. La empresa sostiene que la calificación podría generar “condiciones financieras externas más estrictas y la disponibilidad limitada de alternativas de financiamiento”.
Préstamos internacionales podrían verse impactados en consecuencia, según lo admite el titular del Ministerio de Hacienda, Alejandro Zelaya: “si tú quieres ir al mercado internacional, sí. Si tu quieres vas con las multi-laterales, no”, dijo en la entrevista Frente a Frente, de Telecorporación Salvadoreña, el pasado lunes 2 de mayo.
#UltimaHora | Moody`s dejó al país con riesgo Caa3
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Riesgos y soluciones
“Falta de un plan de financiamiento” comprometería a El Salvador a la adquisición de “riesgos crediticios, derivados del acceso restringido al mercado”, señala Moody’s. La calificación al riesgo Caa3 estaría justificado a que las condiciones económicas dejarían a los “rendimientos en dificultades a la deuda externa de El Salvador”.
Deudas como la adquirida del FMI ($800 millones), también impactan sobre la calificación de riesgo país. Según Moody’s “la capacidad de El Salvador se ve comprometida por el costo de financiamiento extremadamente”, que tendría lugar “antes de un cronograma de amortización de deuda”.
Riesgos crediticios también se ven condicionados a un “alto rendimiento de la deuda soberana en circulación en el mercado externo”; y por la “dependencia de la costosa deuda interna a corto plazo”, detalla Moody’s.
Esta condición aún tendría tendría lugar “aunque las presiones de liquidez del soberano se hayan aliviado, con el aumento récord del 26.8% en los ingresos fiscales del año pasado”. Esta valoración es coherente con la contracción al 20% de la evasión fiscal, anunciada por el ministro Zelaya el pasado lunes.
Aunque las previsiones de Moody’s no son favorables, en mayor parte, indica que las condiciones de riesgo podrían mejorar con políticas financieras como la “reforma de pensiones”, una nacionalización del sistema anunciada por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele. Esta condición podría “liberar liquidez para cumplir con el pago de bonos 2023”, que tendría lugar si se realiza en un periodo considerable anterior a la fecha del pago de la deuda al FMI.
Sin embargo, Zelaya anunció que el pago de la deuda tendría lugar “antes del 23 de enero de 2023”, con soluciones como la emisión de $1,000 millones de dólares al mercado bursátil, con los conocidos “Bono Bitcoin”. Ésta última iniciativa, sin embargo, no ha tenido lugar; mientras tanto, el gobierno se mantendría expectante a emitirlos cuando existan “condiciones favorables en el mercado”.
Impacto
Desde julio de 2021, agencias calificadoras de riesgo reducen las perspectivas de negociación económica. De modo que Moody`s establece un rating de Caa3 (negativo); Standard & Poor 500 establece una calificación de B- (negativo); y Fitch Ratings evalúa a El Salvador con la categoría CCC, todas cuanto provenían de calificaciones más estables.
En última instancia, fue la agencia JP Morgan Chase la que incrementó a un 18.79% el Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI). Éste dato representa un incremento del 3.1% respecto a la calificación obtenida en 2021 (14.91%).
Pero pese a que soluciones como el pago de la deuda al FMI y la nacionalización del sistema de pensiones podrían mejorar el récord crediticio, ara Moody’s, el panorama podría, incluso, empeorar. Sostiene que “las condiciones financieras externas más estrictas y la disponibilidad limitada de alternativas de financiamiento puedan generar pérdidas para los inversionistas que excedan las consistentes con una calificación Caa3”.
La “baja asequibilida de la deuda” podría heredar una deuda, de hecho, superior a la del 18% hasta 2024, en caso de que las condiciones económicas no mejoren, sostiene Moody’s. Esta condición, sin embargo, no es superior a la relación entre pagos de intereses e ingresos de 2021, que alcanzó una brecha del 18%.
La calificadora de riesgo sostiene que la “brecha de financiamiento de alrededor del 1% del PIB este año a medida que el gobierno avanza para cubrir las necesidades de financiamiento equivalentes al 16,2% del PIB”.
Entre otras cosas, también incrementa el riesgo crediticio al ESG, que expondría al país en una “exposición moderada al riesgo ambiental”. También sostiene que la gobernanza del país tiene un perfil muy negativo con una “resiliencia financiera limitada”.
“La geografía de El Salvador está dominada por una región conocida como el Corredor Seco, caracterizada por fuertes precipitaciones que conducen a inundaciones y deslizamientos de tierra y sequías ocasionales. El aumento constante de la frecuencia y la gravedad de las sequías y otras perturbaciones relacionadas con el clima”, justifica Moody’s.