Por: Alessia Genoves
Un altar en memoria de las más de 600 personas LGBT fallecidas, durante las últimas dos décadas, ha sido erguido por la Asociación Solidaria para Impulsar el Desarrollo Humano (ASPIDH). A los decesos también se suman víctimas de la reciente pandemia del covid19, que terminó con la vida de familiares y amigos de personas sexo-diversas.
“Sabemos que la pandemia también nos ha dejado un montón de compañeros y de compañeras LGBTI desaparecidos; y que no pudimos dejarle la cristiana sepultura, que muchas y muchos hubiésemos querido”, explicó la representante de la ASPIDH, Mónica Linares.
También rindieron homenaje a las víctimas, con el título de la canción “La Llorona”, de la artista mexicana, Chavela Vargas, interpretada en un acto performativo por actrices de la Colectiva Amorales. El título hace honor al amor y al dolor de la pérdida de las personas que una vez perecieron, en ésta ocasión, durante la Revolución Mexicana (1910-1917)
No sé qué tienen las flores, Llorona Las flores de un campo santo No sé qué tienen las flores, Llorona Las flores de un campo santo
El espectáculo se atavió con sombras y con luces de neón. Las velas también caldeaban en un trayecto circular, conducidas por dos espectros, intérpretes de la Santa Muerte, un personaje del folclore mesoamericano, que tiene aparición en las festividades del 2 de noviembre, precisamente, para honrar la memoria de las queridas personas que en su vida fueron.
Colores centelleantes contorneaban las verdes túnicas, y los párpados blanquecinos de aquellos espectros. Una tras otra circundaban el velorio, con proyección al altar. Y, mientras coreaban a Vargas, recordaban el nombre de sólo algunas de las millares de víctimas: “Yasury, Mayté; Sofía, Zashy (…)”.
Según Linares, la pieza artística llama a “mantener la lucha, de persistir y de resistir”. Además, explica que en la interpretación, “una hacía como un rezo, como una oración. Como si fuéramos esa persona que no está en ese momento, que reclama desde su desaparición, que reclama desde su muerte, porque necesitamos ser encontrados, en el caso de las compañeras y compañeros LGBTI desaparecidos; en el caso de las personas que han sido asesinadas, como la leyenda de algunas de las historias, que han sido encontradas hasta mucho después”.
En lo que va del año, ya se han reportado los decesos de al menos cinco personas trans. Entre los casos se enumera el de Zashy del Cid, quien falleció días después de ser asestada por un disparo de arma de fuego en su pulmón derecho, la noche del domingo 27 de abril. Asimismo, al presunto caso de suicidio Fernanda Alvarado, precede el de Josselin Alejandra, quien, según los reportes de la Policía Nacional Civil, habría decidido acabar con su vida, poco antes de su 19° cumpleaños.
Los casos solo se acumulan a los más de 600 asesinatos de personas LGBT, reportados en el informe titulado “monitoreo y números de casos de homicidios contra la comunidad Trans y Gay” (2015), de ASPIDH. A éstas también se suman las muertes de personas como Sofía Wikins, Karla Thaydee, Yuri Hernández, Cintya Villareal, Valeria Hernández, Larisa Riquelme, Kimberly Mendoza, que perdieron la vida, por afecciones de salud, durante la pandemia de covid19.
los Cementerios son un desperdicio de tierras/espacios..ya dberai de ser LEY CREMAR alos muertos..y las familias POBRES pudieran VENDER$$$ lo todavia se peuede usar de los muertos (recien fallecidos)) tejidos, huezos, ORGANOS…