Por Alessia Genoves
14.7% es el porcentaje que define un incremento al alza en la inversión privada. La cifra responde a un aporte nacional de $5,900 millones USD que las empresas privadas declararon en sus haberes, hasta el cierre del año fiscal 2022. Ésta última cifra es, a su vez, superior a los $5,291 millones USD recibidos al cierre del año fiscal de 2021.
$70,136.59 millones USD se definieron en el balance patrimonial del Producto Interno Bruto (PIB). Desde luego, el sector de las inversiones privadas contribuyó a la emisión de capital circulante, activos y de pasivo u obligaciones de préstamo. El Banco Central de Reserva (BCR) constató en los regitros de la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC), que los aportes totales contribuyeron en favorable del 2.8% del PIB.
Inversiones
BCR constata en sus informes que la inversión privada tuvo un aporte de $5,900 USD, definiendo un crecimiento al alza del 14.7%. Al mismo tiempo, éste último registro definiería un crecimiento del 18.5% respecto al año 2020; pero no superaría las previsiones que hasta entonces, el titular del BCR, Douglas Rodríguez haría en la materia, con un crecimiento de $2,200 USD más. Es decir, que los aportes para la empresa privada debían ser, por mucho, de hasta $7,400 millones USD.
“Inversión privada fue 18.4% en 2021, la más alta desde 1960”, fue la conclusión que compartió en su momento la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), de acuerdo con el informe titulado “la inversión privada salvadoreña alcanzó un nuevo récord en 2021, pero la inversión extranjera fue similar a la de 2020”.
El área de “importaciones de bienes y servicios” tuvo un crecimiento anual del 1.65%, representando un aporte al PIB del 55.6%. Sin embargo, para el año 2021, el promedio de crecimiento anual fue del 31.35%, tras una caída del 14.75% en el año 2020. Asimismo, las “actividades financieras y de seguros” tuvieron un incremento anual del 1.6%, cuando el año anterior fue del 6.75%, lo que puede deducirse de un decrecimiento en la inversión privada.
Para el año 2017, apenas $3,360 millones USD se invirtieron en el sector privado; siendo menor respecto a los años posteriores, pero mayor con diferencia de los años anteriores. Hasta 2008, la inversión representaba unos $2,841 millones USD, superando a la del año 2017 en el que se destinaron $2,697 USD al sector privado. Éstos últimos datos superarían a los montos establecidos hasta el año 1999, cuando la inversión privada era de $1,498 millones de dólares.
Sin embargo, el área de la inversión púbica apenas llegó a registrar, según el BCR, un aporte $605 millones USD en favor de las instituciones del Estado. Ésta cifra llegó a reflejar una reducción de hasta $182 millones USD -o una contracción del -23%- respecto al reporte del año anterior. Pese a ello, la banca estatal sostiene que la proyección nacional de crecimiento económica llegará del 2.3% al 3%, entre otras cosas, estimulando la inversión pública.
Menos Inversión Extranjera
Las iniciativas de la inversión privada, sin embargo, contrastarían con la influencia del capital extranjero. La Inversión Extranjera Directa (IED) fue de $314 millones USD al cierre del año fiscal 2021, siendo apenas mayor respecto a los $280 millones USD del año 2020. Pero “comparado con el promedio de los tres años previos a la pandemia cuando cayó en -59.9%”, según FUSADES.
De modo que en 2017, la IED era de $593.8 millones de USD; mientras que a 2021 fue de $365 millones USD . De hecho, la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano (SECMCA) destaca que la IED es la más baja en toda América Central, siendo superada incluso por Honduras, con $342 millones de dólares, en el último período fiscal. Guatemala, por otra parte, superaría al Nicaragua ($1,206 millones), y a los dos países ya mencionado, con una inversión inédita de hasta $3,311 millones de dólares, siendo la primera más alta en los últimos cinco años.
Sin embargo, la tendencia general es mayor en Costa Rica ($3,110 millones USD); República Dominicana ($3,102 millones USD) y Panamá (1,635 millones USD). Hay que destacar que el crecimiento pos-pandemia fue mayor en los primeros dos países; pero se contrajo en Panamá, después de tener la tasa de IED más alta, en toda la región.