viernes, 12 abril 2024

Historia LGBT de 1765 a 2020 es presentada por Amaral Arévalo

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LGBT: Amaral Arévalo presenta historia de disidencias sexuales y de género de 1765 a 2020 de El Salvador. No documenta que Bukele reduce homicidios; y hubo corrupción en la Dirección de Género.

Por Alessia Genoves


Dialogando con el silencio.: disidencias sexuales y de género en la historia salvadoreña 1765-2020” es el nombre de del nuevo ejemplar publicado la Editorial Universitaria, de la Colección Pensamiento Universitario, Dr. Fabio Castillo Figueroa. El documento ha sido elaborado por el investigador y catedrático Dr. Amaral Arévalo, en el que desarrolla “recorrido histórico de las expresiones de la diversidad sexual en la historia de El Salvador”, tal y como lo describe el Alma Mater.

Censura y discriminación” serían dos de las condiciones que justificarían el “trabajo creativo, con las pocas fuentes documentales que existen”, según lo define Arévalo, en el documento que consolida 661 páginas de contenido y 112 que definen las fuentes archivológicas, documentales, electrónicas y hemerográficas del nuevo ejemplar.

Historia LGBT

La investigación inicia desde el punto de la reconstrucción de la diversidad sexual en El Salvador. Sin embargo, éste proceso era muy limitado, porque únicamente se daba la diferencia a partir de 1992. Para tener mayor contexto era muy necesario saber qué pasaba una década antes, un período antes. La época de la Guerra Interna (1980-1992) la represión política en el país; y así, poco a poco, en el desarrollo del país”, explicó a ContraPunto, Gómez Arévalo.

La Sodoma en el Reino de Guatemala” es el primero de los capítulos en narrar escenarios de presuntos actos de discriminación, a través de la judicialización de prácticas y conductas sexuales distintas de las heterosexuales, y coherentes al sexo biológico. Bernardino Molinié, Juana Joseph Quintanilla, Juana «la larga», Nicolás Carbajal serían algunos de los protagonistas del pasado, que fueron judicializados bajo criterios de ley, basados en un contexto de normado por prácticas coitales heterosexuales, y en una sociedad colonial, que establecía un sistema de castas.

Gómez Arévalo, por tanto, describe los precedentes históricos del país, a partir del año 1765, hasta la despenalización de las relaciones homosexuales consensuadas en el año 1826, época en que el territorio nacional formaba parte de la República Federal Centroamericana, en la administración de Manuel José Árce. En lo sucesivo, sin embargo, acontecen las referencias históricas sobre el “trabajo sexual, pornografía”, en varios de los capítulos de la obra, en contextos como los de la Dinastía Menéndez-Quiñotez y el Martinato.

También forman parte de la narrativa otros campos intelectuales como el surgimiento de hechos relacionados con “la mujer y la revolución femenina”, y de literatura con contenido homosexual. Hasta el año 1910, medios locales narrarían las primeras aproximaciones de la influencia del feminismo internacional. Y, a continuación, el país tendría la huella política de referentes como Prudencia Ayala y Amparo Casamahualpa.

Algunas controversias, por otra parte, se visualizarían en la obra del escritor italiano-salvadoreño, Arturo Ambrogi, de quien, por su estilo influenciado en la literatura francesa, Gómez Arévalo calificaría algunas de sus narraciones como “homo-heróticas”. Sin embargo, ese estilo no era distinto del de Napoleón Rodríguez Ruiz, dentro de obras como las de Jaraguá (1950). Éstas interpretaciones también eran parecidas las obras de Antonio Salazar y Francisco Herrera Velado

Silencio y amarillismo”, por otra parte, es la apreciación con la que Gómez Arévalo califica a los sucesivo titulares de periódicos, tal y como lo ilustra “Club de afeminados, crónica de un pánico moral en San Salvador”. La narrativa ilustra un escándalo en el vecindario, narrado por Jorge Pinto, sobre un club deportivo y multifascético, en el que participaban personalidades como Napoleón Duarte, y su primo Rolando Duarte, desde 1947.

Y aunque el autor sostiene que por décadas fue un referente de la historia LGBT, lo cierto es que fue bautizado de esa manera, al menos dos décadas anteriores al surgimiento del movimiento LGBT en los Estados Unidos. (1969). Sin embargo, el club arcoíris recibió “ataques” de la prensa, y de líderes de opinión. El dr. Max Barnnon y Lemus Simun serían, entre otras cosas, figuras controvertidas en columnas amarillistas, de rotativos nacionales, que confrontarían su honor en los tribunales.

Guerra LGBT

Mi investigación se va transformando en una cartografía, cartografía en el sentido de intentar conectar puntos aislados de la historia, pero que tienen conexión entre sí. Y así se va armando en un punto; en una referencia. De algo que se encuentra en un lugar; y así se va hallando para la existencia de algo, en un momento histórico. Y desde ese punto voy, salgo par otro lugar y así voy capturando, recopilando información, documentos, puntos de vista” explica a ContraPunto, Gómez Arévalo.

Clubes recreativos fueron el tema recurrente de ese amarillismo no periodístico que describe Gómez Arévalo en su extensa obra. Sin embargo, las temáticas fueron explícitas en los años 80`s, con instituciones como Oráculos Discoteca, “la casa de todos”; y negocios afines en la zona de “La Praviana”. Un echo de sangre ha sido testificado por varias personas, sobre el secuestro y desaparición de mujeres trasngéenro y transexuales, por cuerpos represivos del Estado. El autor también relaciona los hechos con el reciente estigma hacia las personas sexo-diversas, tras el registro del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), en El Salvador.

Karla Avelar, activista transexual radicada en Suiza, es testimonio del contexto de cristalización y de represión en contra de las disidencias seo-genéricas en la Praviana. Arévalo ilustra su relato, con el archivo fotográfico de la Organización Amate El Salvador, de la otrora joven abatida con armas de fuego, por un elemento de las Fuerzas Armadas. La víctima recordaría el hecho como un caso impune, pero distinto de los más de 500 homicidios reportados por la organización de mujeres trans, la Asociación Salvadoreña para Impulsar el Desarrollo Humanos (ASPIDH), registrados desde 1992 al 2015.

Muertes LGBT” serían un contexto recurrente, en la literatura periodística, retomada por Arévalo. Organizaciones sociales formarían, entonces, alianza con la Federación Salvadoreña LGBT -que hasta ahora tiene menor proporción-, para exigir políticas públicas referidas a la adaptación de las necesidades de personas LGBT. Maras, pandillas, y fuerzas represivas del Estado serían elementos arbitrarios a las condiciones de vida e integridad de personas identificadas, en sus disidencias sexuales, según lo refiere la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), y lo reconocería la Policía Nacional Civil (PNC). Ésta última institución divulgaría la “Política del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública para la Atención de la Población LGBTI”.

Continuará

Mi aproximación a éste campo de estudio, fue de la aproximación a los movimientos sociales. Aclarando éste punto, considero que los movimientos sociales son necesarios para generar procesos de reivindicación de derecho que no se han alcanzado, en materia de ciudadanía de disidencias sexuales y de población LGBT, porque corre el riesgo de desaparecer, como ya lo han sido la eliminación de algunas leyes, la eliminación de algunas políticas, la eliminación de espacios institucionales que dialogaban con personas LGBTI organizadas”, dijo a ContraPunto.

Gómez Arévalo reiteraría algunas de las observaciones de las organizaciones LGBT, sobre supuestos “retrocesos” a las luchas históricas del movimiento. Algunas de ellas serían el traslado de la Dirección de Género de la Secretaría de la Mujer, al Ministerio de Cultura. Sin embargo, lo que no se menciona es que, en el traslado de la Secretaría, se habrían documentado hechos de corrupción, que comprometerían a los anteriores titulares en el robo de fondos públicos, de la Partida de Gastos Reservados, durante la administración del expresidente, Salvador Sánchez Cerén (FMLN: 2014-2019).

Los “retrocesos” no se verían tan remarcados durante la pandemia. De hecho, ContraPunto constató la entrega efectiva del bono de $300 dólares, y de canastas solidarias, a trabajadoras sexuales transgénero, y a varias organizaciones sociales, por parte de la Unidad de Género, del Ministerio de Cultura, durante 2020-2021. El Colectivo Alejandría, asimismo, vería en sus investigaciones un trato favorable en la inmunización y suministro de vacunas contra el covid19.

El autor tampoco documenta la contracción de homicidios. Realidades distintas se plantean en las estadísticas. Las cifras de homicidios han sido reportadas por organizaciones sociales como ASPIDH y la FesLGBT, ante la ausencia de registros demográficos oficiales. Sin embargo, hasta el año pasado, la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa), identificaba al menos 12 homicidios perpetrados en el año 2019, según observa de los reportes de la Dirección General de Estadísticas y Censos (Dygestic), del año 2020.

Los 12 homicidios reportados por Ormusa en 2019 contrastan con los 10 reportados por Comcavis, en ese año. Sin embargo, de acuerdo con los datos de ésta última, los 8 asesinatos cuantificados en 2021 y 2020 constituyen una reducción del 20%, respecto a los 10 reportes que hizo durante el año 2019. Otros informes de activistas de diversidad sexual, indican que al cierre del año 2018, se reportaron otros 16 asesinatos; y al cierre del año 2017, otros 26 homicidios en contra de personas LGBTI+. Para el año 2022, la organización Comcavis Trans cuantifica al menos un homicidio a una persona tras, sin expresión de género.

De la investigación, voy ahí, tratando de costura éstos puntos de conexiones, para decosturar, de la mejor manera posible, en una historia que tenga coherencia desde 1765, que sería el documento histórico más antiguo que he logrado recuperar hasta el momento, hasta el año 2020; que dio como un cierre metodológico a la investigación, porque como tal, tenía que cerrarse en algún momento. Estoy hablando de una investigación que va a estar abierta, estará abierta a una reactualización, dentro de 4, 5 o 20 años”, dijo Gómez Arévalo a ContraPunto.

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Alessia Genoves
Alessia Genoves
Periodista, redactora de ContraPunto. Especialista en temas sociales, económicos y de género. Editora de cultura.
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