Por: Alessia Genoves
Sus cuerpos fueron calcinados, y permanecieron en los canales de desagüe en una de las arterias de tránsito del cantón Palo Grande, del municipio de Rosario de Mora (San Salvador). Raquel del Cid y Javier Salinas eran sus nombres; la primera, una enfermera de profesión, y el segundo se dedicaba al negocio de la conducción de vehículos por la plataforma Uber.
Detenidos fueron tres de los principales sospechosos del asesinato, en las últimas horas. Las autoridades de seguridad los identificaron como “Julio César Hernández Rivera, José Fernando Orellana y David de Jesús Rivera Pérez”. El hallazgo de los presuntos “fue resulto en tiempo récord”, según valoró el titular del Ministerio de la Defensa, Francis Merino Monroy,
"Esta tarde, estamos aquí para presentarles a estos tres criminales: Julio César Hernández Rivera, José Fernando Orellana y David de Jesús Rivera Pérez, vinculados al homicidio de Javier Ernesto Salinas Rivas y la enfermera Iris Raquel del Cid", afirma Ministro @Vi11atoro. pic.twitter.com/JbsEcgBPOJ
— Ministerio de Seguridad (@SeguridadSV) February 4, 2022
Hallazgos
La investigación de las autoridades transcurrió durante un mes, desde el hallazgo y levantamiento de los cadáveres. Sin embargo, habría iniciado con “muy pocas pistas”, por lo que, para su desarrollo, acudieron a las oficinas de San Marcos y Soyapango de la Fiscalía General de la República (FGR) y de la Policía Nacional Civil (PNC), según lo detalló el titular del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública (MJSP), Gustavo Villatoro,
Sin embargo, la difusión de la identidad de los restos humanos no se hizo oficial, sino 9 días después de perpetrarse el hecho de sangre. Las declaraciones de la Unidad Fiscal de San Marcos responden a los resultados de un 99.99% de acierto en las pruebas de ADN. Previo a ello, sin conocimiento de su género, la PNC sostuvo que el caso respondía a un “doble feminicidio”.
Las declaraciones de los allegados, proporcionados a la prensa, responden a que las víctimas se dirigían hacia Guatemala; pero que dos de sus clientes les pidieron ser abordados hacia la playa de San Diego (La Libertad). Sin embargo, el paradero en el que fueron encontrados se localizaba a unos 27.2 km del lugar del que procedían, Soyapango. En dirección al lugar requerido por sus clientes, había una diferencia de 20.2 km.
Homicidios siguen
26 cuerpos sin vida fueron localizados en un cementerio clandestino, ubicado en la Finca Suiza, Nuevo Cuscatlán (La Libertad). El hallazgo fue confirmado por Villatoro, quien detalló que fue la zona en la que encontraron a los cadáveres de los hermanos “Gerrero Toledo”; y los de la ex-futbolista Jimena Ramírez.
Recientes homicidios figuran entre los 26 cuerpos localizados; muchos de ellos, previamente reportados como desaparecidos Además, la PNC declara que sus labores de inspección datan desde el pasado 6 de noviembre del año pasado. Sin embargo, las autoridades aún no han concertado la identidad de las víctimas, ni la fecha aproximada en la que fueron asesinadas, o si fallecieron por inducción o causas naturales.
Hasta el pasado 12 de junio, la PNC ya reportaba un total de 27 homicidios en el país, consistente en una contracción del 29.8% respecto a la misma fecha del año 2021, cuando hubieron 50. Pero expertos como el criminólogo Ricardo Sosa sostienen que enero cerró con una reducción de -25.2% respecto al año anterior.
Entretanto, las autoridades de seguridad pública sostienen que la contracción de homicidios responde a la aplicación del Plan Control Territorial. Esa misma valoración la compartió el titular de la PNC, Mauricio Arriaza Chicas, al referirse a la detención de los presuntos asesinos de Raquel del Civ y Javier Salinas.
Las pandillas en la actualidad son una versión maquillada de los escuadrones de muerte del pasado creados por el Mayor RD y financiados por PODEROSOS grupos económicos de poder en contubernio con el estado dictatorial de esos tiempos que les dio cobertura, logística, información y avituallamiento en los llamados “cuerpos de seguridad”. Los escuadrones de la muerte hicieron el juego más sucio de la policía Nacional PN, de Hacienda PH, de la guardia Nacional GN y el ejército, asesinaron monjas y sacerdotes, sindicalistas, estudiantes, maestros, a miembros de la izquierda insurgente, simpatizantes y sospechosos, niños, mujeres y ancianos en las zonas de influencia guerrillera sembrando el terror y la muerte en el campo y la ciudad. No hace falta mencionar la larga lista de torturados, tiroteados, ametrallados, estrangulados, calcinados y desaparecidos, todavía en la más vergonzosa impunidad. Lo mismo sucede hoy con las pandillas, que con otras motivaciones buscan el mismo objetivo: SEMBRAR EL TERROR Y CREAR MIEDO Y ZOZOBRA EN LA POBLACIÓN para frenar la organización popular. Lo grave sería usar éstos asesinos como sicarios para barrer, como en el pasado, a la oposición política. No habremos aprendido la lección y “un Pueblo que no conoce su historia, esta condenado a repetirla”.