Por: Alessia Genoves
En Venezuela, el volumen de transferencias por BTC en se ha elevado a números negros. En el año 2019, alcanzó los máximos históricos que enumeraron un total de $6,8 billones de bolívares (bs) en transacciones; y, hasta el presente año el número ha alcanzado las $8,2 billones de bs al mes. La cifra equivale a unos $2,64 millones dólares estadounidenses mensuales.
En el país suramericano la adopción de las criptodivisas descentralizadas ya responde a más de 20 mil terminales de uno de los principales centros procesadores de pagos en el país, Mega Soft, según datos de la bolsa financiera Crytobuyer, con sede en Panamá.
Criptomonedas como el Bitcoin y el Etherium han constituido, sin embargo, una competencia para el “petro”, la criptomoneda local oficializada desde el año 2018, que pretende confrontar la devaluación progresiva de su homólogo impreso, por efectos de la inflación.
Según lo testifica Cryptobuyer, el número de usuarios es cada vez más creciente desde los últimos dos años. Es necesario establecer que el uso recurrente de las criptodivisas crece a un ritmo paralelo con las sanciones económicas impuestas por EEUU; y, en consecuencia, al incremento del costo de la vida y de la migración.
Las Sanciones
En el año 2019, la nación suramericana recibió una serie de sanciones que, en consecuencia, redujeron su capital a mínimos históricos.
Entre las sanciones se enumeraban las restricciones a los activos de a empresa estatal de “Petróleos de Venezuela S.A”, (Pdvsa) para confrontar las disputas de poder contra la oposición, según así lo justificó la Casa Blanca.
“La designación de Pdvsa ayudará a evitar futuros desvíos de activos de Venezuela por Maduro y mantener esos activos para el pueblo venezolano. El camino de suspensión de estas sanciones a Pdvsa es a través de la rápida transferencia del control al presidente interino o un gobierno posterior, elegido democráticamente”, anunció, en su momento, el secretario del Departamento del Tesoro de la Casa Blanca, Steven Mnuchin.
Tres meses después, la misma institución anunció la sanción contra la empresa estatal “Minerven”, una de las entidades responsables de la extracción de más de 80 toneladas de oro en el sur del país anualmente, hasta el año 2019. Según lo declaró Mnuchin, las sanciones responden a denuncias ambientales.
Las Consecuencias
Son consecuentes a las sanciones, como se ha constatado, el incremento masivo de la migración. Según los datos del Alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), al menos 4,6 millones de personas salieron de Venezuela, hasta noviembre del 2019.
En consecuencia, las remesas incrementaron a $3,115 millones de dólares;, al cierre del año 2019. Pero los números negros experimentaron una caída de más del 55% hasta julio del año siguiente, por efectos de la pandemia de covid19, según así lo establece la consultora financiera, Ecoanalítica.
El BTC frente al Petro
Por otra parte, el volumen de transferencias con BTC en Venezuela se mantiene en números negros. En el año 2019, alcanzó los más de $6,8 billones de Bs en transacciones; y, hasta el presente año el número ha alcanzado las $8,2 billones de Bs al mes. La cifra equivale a unos $2,64 millones dólares estadounidenses mensuales.
Mientras que el BTC ya se cotiza en más de $38,853.50 millones de dólares; y el Petro, por otra parte, se ha adherido a la variación del precio combustible venezolano, es decir, $40,08 dólares estadounidenses, según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La desventaja que asumen los consumidores es la manipulación y la estabilidad de la aplicación de la Bolsa Descentralizada de Mercados Encriptados (BDVE), la interfaz Defi venezolana que ha dejado sin servicio a los venezolanos durante etapas de mantenimiento. Además, reportan que, contrario al BTC, establece un cobro de hasta el 0.1% en compraventas a través de activos digitales alternativos.