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Cultura, conflictos, etnocidio y guerra civil por la tierra en El Salvador

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Una lectura de la historia, la cultura para el estudiante universitario y la población salvadoreña

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A medianoche, nuestros hijos e hijas fueron arrancados y llevados lejos de nosotros.
Escuchen sus latidos, nosotras escuchamos sus latidos. Noches pasadas como prisiones, tirados sobre negro y azul. En los árboles, nuestros hijos cuelgan desnudos, a través de las paredes nuestras hijas gritan, vemos sus lágrimas en la tormenta. El Pueblo Vencerᔦ
Canción Madre de los desaparecidos, Grupo de Rock U2. 1987. El cantante de la banda U2 dedico esta canción a las madres de los presos polí­ticos y desaparecidos en El Salvador, Argentina y Chile.

Inicio este artí­culo citando la canción que Bono de U2, quien dedicó a las madres de los presos polí­ticos en la Guerra Civil de El Salvador y las represiones en Argentina y Chile, considero que es una canción que representa la historia reciente de El Salvador y sintetiza la historia de América Latina de la década de 1970 a 1992, además la música es un buen material didáctico para la enseñanza de la Historia y la Cultura a los educandos. Los pedagogos e investigadores sociales Iván Martí­nez Zapata, Joan Pagí¨s Blanch y Marí­a Luna consideran que la función de la canción es servir de apoyo para la comprensión del pasado, estimulando inicialmente las emociones de los alumnos, géneros musicales como el rap permiten la discusión de contenidos históricos y polí­ticos en ciencias sociales, además abre el diálogo entre generaciones, entre los jóvenes de ayer y de hoy, en este caso ha sido el Rock, especialmente U2 que es una banda que en la actualidad está de gira mundial y ha pasado por América Latina.

La canción madre de los desaparecidos es un referente para explicar al educando, los conflictos y la guerra civil en El Salvador. En una misma lí­nea explicar a los estudiantes los acontecimientos históricos, he citado conceptos de las ciencias sociales, tales como: Cultura, conflicto, etnocidio, movilización y violencia cultural, así­ como también se comparan hechos históricos que han sucedido en la historia de la humanidad y que sirven para explicar, por ejemplo: El Holocausto judí­o y las polí­ticas de control social contra sectores desprotegidos en la Alemania Nazi y su similitud con polí­ticas estatales realizadas por estadistas salvadoreños.

Se citan los ejemplos de la historia de la humanidad para que el estudiante universitario y población lectora, tenga la facilidad de adquirir el conocimiento que analizara, también comparo la teorí­a con la realidad, en este caso los conflictos socioculturales y económicos que han sucedido en la historia de El Salvador, tales como: La Sublevación de Anastacio Aquino de 1833, la rebelión indí­gena y campesina de 1932 y la Guerra Civil en El Salvador. Este artí­culo es un estudio bibliográfico y de análisis, para que el estudiante universitario y la población en general tengan una noción de la problemática de la Realidad Humana. ¿Por qué hablar de Cultura e Historia en los centros educativos de El Salvador?

Nuestra Constitución de la República, en los artí­culos 53 y 60 nos habla del derecho a la educación, cultura y a la obligación de impartir la enseñanza de la historia nacional, por esta razón es necesario hacerle conciencia al estudiante la importancia de estudiar su historia, ya que le puede servir para incentivar competencias en la vida laboral y en la vida cotidiana, siendo una persona crí­tica, propositiva y de diálogo, del cual tanto nuestra sociedad necesita.

La historia de El Salvador y la de la humanidad en este caso presento como ejemplo la Alemania Nazi del siglo XX, ambos hechos se pueden analizar con esta cita textual del pensador Michel Foucault: “Para que el Estado funcione como funciona es necesario que haya del hombre a la mujer o del adulto al niño relaciones de dominación bien especí­ficas que tienen su configuración propia y su relativa autonomí­a.” Dichas relaciones de dominación las veremos en el ajusticiamiento a Anastasio Aquino, la privatización de las tierras ejidales, el etnocidio a las comunidades indí­genas y la guerra civil, la cual llevo consigo una serie de polí­ticas represivas hacia población civil que probablemente podí­a apoyar al grupo guerrillero el Frente Farabundo Martí­ de Liberación Nacional.

Conceptos importantes para entender nuestra cultura e historia

Nuestras  sociedades humanas caminan a través de la socialización humana y el conocimiento, este proceso de acumulación de conocimientos, le llamaremos cultura, el cual es esa totalidad compleja que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, las leyes, las costumbres y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad. La cultura se aprende desde que se es niño, se presenta en la capacidad de crear sí­mbolos y expresar algo, caracterí­stica que tiene el ser humano, también la cultura se comparte (tradiciones, costumbres, comidas). Además de tener cultura el ser humano es un ser histórico cuya existencia se elabora y realiza en la telaraña de las relaciones sociales, es decir, en esa relación de hermandad entre la educación, cultura y sociedad, ninguna de esta trí­ada  es jerárquica es una espiral.

Dentro de la cultura, podemos encontrar instituciones que funcionan en favor de la sociedad, por esta razón, tenemos grupos humanos organizados en instituciones como: Iglesias, Grupos étnicos, instituciones estatales, instituciones locales, asociaciones, sindicatos, partidos y ahora Flash Mob con el uso  de las redes sociales, etc. Dentro de estas instituciones mencionadas se presentan las necesidades de los seres humanos que la administran y le dan vida, esas necesidades humanas son en exigencias a las instituciones que los representan.

El ser humano hace todo lo posible para movilizarse para pedir sus exigencias de clase social, por ejemplo, el célebre y reconocido pensador social Carlos Marx con 200 años de existencia en los libros de las Bibliotecas Universitarias del mundo, consideraba que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases. En general considero que todo sistema social humano tiene conflictos, entre los sistemas sociales que se conocen en la historia de la humanidad son los siguientes: El Capitalismo ahora Neoliberalismo, Socialismo ahora Socialismo del Siglo XXI, Social Democracia, Nazismo, Fascismo, Franquismo y Martinato (en el caso salvadoreño), etc., estos sistemas sociales tuvieron conflictos sociales, muchas veces los teóricos de las Ciencias Sociales especí­ficamente los pensadores funcionalistas han considerado que el conflicto en el sistema social son disfunciones del sistema y por tanto enemigos de él. No cabe duda que tanto pensadores marxistas como pensadores funcionalistas, ven en el conflicto y la movilización, la expresión de las exigencias de un grupo social que intenta subvertir el orden establecido, por ejemplo, la Alemania Nazi que controlaba a través  de la represión a los grupos desprotegidos, que les parecí­an enemigos del Estado.

La Alemania Nazi como ejemplo de Genocidio y control social

El  Ser humano en los diferentes sistemas sociales que mencionamos tiene conflictos, uno de ellos el concepto jurí­dico de genocidio, es la toma de conciencia en el plano legal de un tipo de criminalidad desconocida hasta el momento. En efecto si mencionamos por ejemplo el Nazismo en Alemania la década de 1930 a la década de 1940, vivió el auge de un caudillo llamado Adolfo Hitler, él consideraba importante el control social a través de todo el instrumento represivo del Estado, consideraba  un problema social a los judí­os pobres, comunidad LGBTI y personas con discapacidad. La pregunta que puede surgir es ¿qué hací­a con estas personas? pues las llevaba a la cámara de gas, las torturaba o morí­an de  hambre en campos de concentración, ellos estaban dentro de los programas estatales llamados: Muertes por compasión y eugenesia a estos hechos los llamarán genocidio.

En este caso de la Alemania Nazi del siglo XX, se observa como el Estado reacciona a un problema social y  cultural, del cual lo considera enemigo y le causa conflictos y es que tanto el Judí­o pobre, como la comunidad LGBTI y las personas discapacitadas, eran para Hitler personas que no producirí­an en Alemania  y que en cierta medida, tal es el caso del judí­o, les estaban robando las riquezas a su paí­s, en general estos eran los grupos que generaban conflicto al Nazismo de Hitler, no harí­an un bien para lo que él llamaba  la raza Aria, del cual él no era parte, pero se sentí­a atraí­do por este  grupo social y cultural.

Conflictos por la tierra en El Salvador

La movilización de Anastasio Aquino

La  ejecución de Anastasio Aquino fue un poco estudiada durante el siglo XX, el sacerdote jesuita Segundo Montes, consideraba que las demandas de  este lí­der y su movimiento eran casi exclusivamente económicas y reivindicativas, no fue hasta el siglo XXI en donde trabajos de investigación histórica, tales como el del historiador salvadoreño Carlos Gregorio López, que considera que la sublevación de Anastasio Aquino, la cual llamaré movilización indí­gena, representa la actitud contestarí­a de un grupo étnico en contra de los funcionarios abusivos, por ello la consigna de los rebeldes era “Que viva el rey y muera el mal  gobierno”.

 El uso de la campaña de terror, por parte de las autoridades Criollas, fue decisivo para apaciguar a los indí­genas, ya que el lí­der indí­gena fue capturado y ejecutado el 24 de julio de 1833.

Su cabeza fue cortada y colocada en una jaula en la  "Cuesta de Monteros", con un rótulo que decí­a: "Ejemplo de revoltosos" El uso de la campaña de terror, por parte de las autoridades Criollas, fue decisivo para apaciguar a los indí­genas, ya que el lí­der indí­gena fue capturado y ejecutado el 24 de julio de 1833. Luego de la movilización de Aquino, se dieron otras movilizaciones como las de diciembre de 1840 y de noviembre de 1846.

La Consolidación del Estado en El Salvador

Luego  de la ejecución de Anastasio Aquino en 1833, podemos observar que las clases dominantes, especí­ficamente los Liberales-criollos, llegan al poder y son representados en el periodo del presidente Dr. Rafael Zaldí­var, el cual decreta leyes de expropiación a la propiedad Ejidal-Comunal, la cual era la tierra de los indí­genas, y con estas acciones llevo a la privatización de las tierras, lo cual significo terminar con una forma de propiedad y de poder polí­tico heredado en la Colonia, el ejido era una forma de propiedad colectiva y a la vez le daba un cierto de poder al indio para negociar con el Gobierno, por ejemplo, la historiadora Geraldina Portillo nos cita el Diario Oficial, del dí­a 26 de febrero de 1881, la Asamblea Legislativa aprobó una nueva ley que revoluciono la tenencia de la tierra. En esta ley se expone que el tipo de propiedad de tierra de las Comunidades impide el desarrollo agrí­cola, estorba la circulación de la riqueza y debilita los lazos familiares y la independencia del individuo. Su existencia contrarí­a los  principios económicos y sociales que la República ha adoptado.

En  una misma lí­nea del discurso oficialista de los liberales-criollos, se presenta en El Diario Oficial, del dí­a martes 14 de marzo de 1882, alojado en el sitio web (www.imprentanacional.gob.sv), en este decreto se considera que para la prosperidad de la Nación, se tienen que remover  los obstáculos y uno de los principales obstáculos es el sistema ejidal. No cabe duda que el enemigo público de la época es el indio y su  cosmovisión de mundo colectivo, el cual, para el liberal, la clase capitalista no produce nada.

El periodo de Zaldí­var, fue determinante para que la visión del Estado fuera represiva y de control social al indí­gena, por ejemplo, la historiadora Patricia Alvarenga nos presenta como ejemplo de las acciones militares del presidente Zaldí­var,  el caso del General Monterrosa, que destaco en lo siguiente: Ha incendiado poblaciones, ha asesinado centenares de inofensivos labriegos  sin fórmula de juicio”¦es un monstruo que ha flagelado sin piedad hasta las inofensivas mujeres cortadoras de café empleadas en las fincas del volcán de Santa Ana.

Para Marc Zimmerman, el capitalismo agrario se desarrolló con base en la propiedad latifundista, la acumulación de tierra llevó al detrimento directo de las tierras comunales indí­genas (ejidos). En nombre del progreso prevaleció la violencia polí­tica en esta operación”¦ El café sostuvo para el progreso; fue el medio para establecer una autoridad de clase y para hacer algunas transformaciones de patrones coloniales persistentes. Como podemos observar las interpretaciones que dan los cientistas sociales centroamericanos, es de  que el periodo de las reformas liberales fue para establecer como piedra fundamental de cambio social el café, este producto agrí­cola vino  a transformar definitivamente las formas de poder que existí­an en la sociedad civil, en este caso de como las clases populares, tales como los indí­genas tení­an propiedades colectivas, las cuales por su naturaleza les daba a los primeros la posibilidad de negociar con el Gobierno de los criollos, situación que no soportaban los liberales, la historiadora Silvia Dutrí¨nit, le llamara el “hambre de tierra”.

Rebelión de 1932

El  General Maximiliano Hernández Martí­nez fue presidente del 5 de diciembre de 1931 a 12 de mayo de 1944, llego al poder por la ví­a de un levantamiento militar y fue derrocado por la sociedad civil, esta organización estaba comprendida por sindicatos, empresarios y estudiantes universitarios de la Universidad de El Salvador. A este periodo polí­tico administrativo se le conoce según el Dr. Armando Bukele  Kattan como “el Martinato”. El General Martí­nez, tomo el poder en medio  de la crisis económica de 1929 de Wall Street en Nueva York, los precios del café eran muy bajos, a pesar de esta situación, puso orden en la Administración Pública, canceló totalmente la deuda exterior en 1936, cuando 5 años atrás habí­a sido declarado El Salvador en mora internacional.

Sin  embargo, el Martinato es muy conocido en América Latina por realizar en  enero de 1932, la masacre más grande de indí­genas pipiles. Este hecho ya se percibí­a en la sociedad salvadoreña, según Alfredo Parada que cita  un documento escrito por Monseñor José Belloso y Sánchez el dí­a 31 de octubre de 1927, el documento dice lo siguiente: analfabetismo, discriminación social, miseria en el campo, alcoholismo, explotación, y muchos males, caldo de cultivo y justificadores de la subversión de los explotados”¦

Nosotros  nos debemos de preguntar, ¿Cómo se organizó la masacre? según Erik Ching, las unidades armadas y grupos paramilitares asesinaron a miles de  campesinos, quienes tení­an poca o ninguna relación en la rebelión. Otra  pregunta que surge es ¿Qué sucedió luego de la matanza de enero de 1932?, el historiador Thomas Anderson nos dice: Al terminar la matanza en marzo de 1932, los sobrevivientes, lo que se habí­an logrado ocultar del genocidio respaldado por el gobierno, “regresaron mansos y sumisos”.  Para los historiadores Jeffrey Gould y Aldo Lauria, las masacres produjeron de manera directa la aniquilación de la cultura indí­gena al reprimir el lenguaje náhuat-pipil y la vestimenta indí­gena, además surgió la cultura del miedo, por ejemplo, el teniente Muñoz comentó que las mujeres que vení­an a verlo desde Nahuizalco en octubre de 1932 tení­an un “terrible miedo a la autoridad”.

Este  hecho es bien debatido en las Ciencias Sociales, desde antropólogos, historiadores y filósofos se le ha querido nombrar a este hecho como masacre y etnocidio. Por ejemplo, para la antropóloga salvadoreña Georgina Hernández considera que la masacre de 1932 así­ como la abolición de las tierras ejidales se vuelven un argumento sobre el cual se sostiene que el paí­s arrastra una discusión pendiente sobre las formas de ejercicio del racismo.

Considero que el aniquilamiento a  los indí­genas en El Salvador 1932, debe verse como un etnocidio, es decir, “genocidio cultural” este término lo utilizo Jean Malaurie para referirse a la liquidación de las civilizaciones indí­genas. El Etnocidio  es, pues, la destrucción sistemática de los modos de vida y de pensamiento de gentes diferentes a quienes llevan a cabo la destrucción.

Para  el filósofo Ricardo Martí­nez, el etnocidio, no es necesariamente una actitud violenta, se trata de una transformación a semejanza de la cultura dominante obligando a un grupo social y cultura a despojarse de su cultura y a educarse según lo orienta la cultura dominante, en este caso el Martinato llevó consigo toda una acción sistematizada de violencia en el Estado, la cual es una herencia polí­tica-cultural de las  clases dominantes criollas-liberales, la cual llevo a realizar el etnocidio de 1932, el historiador Pedro Escalante, considera que Martí­nez realizó una serie de leyes, contra los chinos, negros, palestinos, rusos, además estima que la masacre de 1932 fue la fobia étnica a la cima.

¿Guerra civil? o conflicto armado en El Salvador

Cada  vez que damos lectura a las investigaciones que sociólogos, historiadores, antropólogos e instituciones del Estado y Ongs presentan sobre la violenta década de 1980 a 1992, nos dicen que los salvadoreños vivimos un conflicto armado o una guerra civil. La comisión para la verdad de El Salvador en el Informe De la Locura a la Esperanza: La guerra de los Doce años en El Salvador: Reporte de la comisión de la verdad, llama Guerra al enfrentamiento bélico que vivió El Salvador de 1980 a 1992, en una misma lí­nea discursiva del concepto guerra civil cito al sociólogo e historiador Ricardo Argueta, quien considera que una  guerra civil, este es un enfrentamiento bélico cuyos participantes no son en su mayorí­a fuerzas militares regulares, sino que están formadas u  organizadas por personas generalmente de la población civil.

Entonces  la guerra civil en El Salvador, es un proceso histórico que fue el resultado de toda una cadena de gobierno militares, fraudes electorales y  problemas en la economí­a salvadoreña, por ejemplo, si tomamos en cuenta  que desde 1931 con el Martinato, los gobiernos salvadoreños han sido militares, podemos decir que este es un punto elemental para que parte de la sociedad civil se movilizara contra los gobiernos militares. Fechas importantes para la acumulación de fuerzas que inicio la guerra civil son el MERCOMUNCA 1960 a 1969, termina con la Guerra de las Cien Horas, que a nivel propagandí­stico la llamaron la “Guerra del Futbol”, pero que en el fondo escondí­a las desigualdades de la competencia entre paí­ses Centroamericanos. Otra fecha importante es la movilización de los  maestros 21 de junio de 1968, quienes pedí­an al gobierno mejoras salariales. El fraude electoral de 1972 que llevo al coronel Molina al poder, en este periodo ya existí­an núcleos insurgentes, sin embargo, no tení­an incidencia en la población civil, solo aparecí­an esporádicamente realizando secuestros a grandes empresarios o hací­an pequeñas actividades militares contra la Guardia Nacional.

También  la espiral de la violencia llegó a la Universidad de El Salvador, desde  1960, se caracterizaba por ser una institución opositora a los regí­menes militares, además de tener intelectuales académicos y escritores que eran personajes importantes en la oposición como el poeta  Roque Dalton Garcí­a, otro ejemplo es el grupo de escritores y poetas llamado la Generación comprometida, que también eran estudiantes o académicos de la UES que participaban en este colectivo, etc.

Luego  de constantes movilizaciones en la calle por parte de la UES, sucedió un hecho cruel y es que el 30 de julio de 1975, en la calle 25 avenida norte, sobre lo que ahora se encuentra la gasolinera Alba Petróleos y el  Hospital Rosales, fue reprimida una marcha, por parte de la Guardia Nacional y la Fuerza Armada, fueron desaparecidos un sin número de estudiantes universitarios y de secundaria entre ellos estudiantes del Instituto Nacional General Francisco Menéndez, quienes en esa época también protestaban contra el régimen militar, hasta la fecha no hay respuesta del Estado sobre los estudiantes masacrados.

Un  personaje importante para la historia de El Salvador, fue y es Mons. Romero, quién en sus homilí­as, siempre denuncio la represión del aparato  militar y policial del Estado salvadoreño, pero también llamo a la oposición civil y a los núcleos guerrilleros a la concordancia y al diálogo. Por ejemplo, en esta homilí­a Mons. Romero (1980, p.330) dijo lo  siguiente: En nombre del evangelio, un nuevo llamamiento a todos los sectores salvadoreños: a dejar los caminos de la violencia y a buscar con mayor empeño soluciones de diálogo, que siempre son posibles mientras los hombres no renuncien a su propia racionalidad y a su buena voluntad.

No cabe duda que Romero el ahora santo del mundo, fue un pacifista, quien dio valor y dignidad a los pobres, considero que en una parte de los ricos habí­a gente buena, así­ como de los grupos militares, sin embargo, denuncio la injusticia estructural que generaba la pobreza y la muerte sistematizada del Estado. El ejemplo de Mons. Romero fue importante ya que feligreses y la comunidad internacional lo reconocen como un religioso que predicaba la No Violencia, en la actualidad será canonizado por la Iglesia Católica en Roma, también la Nasa designó el nombre del religioso a un asteroide en el año 2015 (www.laprensagrafica.com), estos actos que se harán en agradecimiento al  legado de San Romero, son importantes, sin embargo, no se ha hecho justicia con su asesinato, ya que según la Comisión de la Verdad, se encuentra vigente en el informe, en donde el nombre del intelectual del asesinato de Mons. Romero, quien fue el fundador del partido ARENA, el Mayor Roberto D”™Aubuisson.

Luego  del asesinato de Mons. Romero, espacios democráticos comienzan a ser cerrados por la fuerza militar, la Universidad de El Salvador es intervenida y militarizada en junio de 1980, dí­as después de la muerte de Mons. Romero, las organizaciones sociales quedaron fuera, ya no participarí­an más en la vida polí­tica, la única ví­a que quedaba era la lucha armada o el exilio, ya que la posibilidad de reformar el sistema polí­tico, económico y social quedó destruida, así­ se cierra un ciclo de la vida polí­tica de El Salvador e inicia otro el 10 de enero de 1981, la  primera ofensiva militar del Fmln como grupo insurgente, con este hecho  se inicia la guerra civil en El Salvador.

Los 12 años de guerra civil fueron de ataque y contradefensa entre el Fmln y las fuerzas militares, dentro de estas luchas se dieron purgas dentro de la guerrilla y bajas a las fuerzas militares, masacres a la población campesina, como la masacre del Mozote, realizada por el Batallón Atlacatl del ejército salvadoreño, el dí­a 10 de diciembre de 1981, también existieron iniciativas de negociaciones polí­ticas por parte del gobierno democristiano de José Napoleón Duarte, acercamientos como el de  Ayagualo y Esquipulas II, analistas polí­ticos y académicos-religiosos estuvieron pendientes de estos procesos, entre ellos tenemos a los sacerdotes-académicos jesuitas de la UCA, quienes en medio de la ofensiva final del Fmln, que se llevó en San Salvador contra el gobierno  de Alfredo Cristiani, fueron masacrados el 16 de Noviembre de 1989. Los  cinco jesuitas asesinados, eran intelectuales reconocidos en el mundo académico y junto a ellas dos de sus colaboradoras, la comunidad internacional repudio el hecho, el Informe de la Comisión de la Verdad consideró que fueron elementos de la Fuerza Armada de El Salvador, especialmente el Batallón Atlacatl quienes realizaron este hecho.

Entre  los jesuitas asesinados estaba el rector Ignacio Ellacurí­a, filósofo reconocido en Iberoamérica e Ignacio Martí­ Baro, el psicólogo social reconocido por la Asociación de Psicologí­a Americana y la Universidad de  Chicago-USA, hasta la fecha ambos académicos siguen vigentes con sus aportes en la filosofí­a y psicologí­a, nadie de los académicos salvadoreños actuales han podido proponer una nueva visión de la psicologí­a y filosofí­a, una perdida para la vida universitaria e investigativa de El Salvador, sobre todo cuando el mismo padre Ellacurí­a  fue una persona garante en sembrar la semilla de la negociación y dialogo de Paz, el asesinato de los padres jesuitas, vendrí­a a terminar con la lucha armada, el dí­a 16 de Enero de 1992, esta fecha se recuerda por qué se firma el Acuerdo de Paz, que garantizo el cese de la Represión polí­tica a la oposición, y la apertura para la participación polí­tica del Frente Farabundo Martí­ de Liberación Nacional como partido electoral, en este acto de pacificación se dio entre el Gobierno de Alfredo Cristiani y la comandancia general del Fmln, entre ellos destacan personajes como Schafik Handal, el fallecido comandante y lí­der  polí­tico, y el comandante Joaquí­n Villalobos, en la actualidad académico y asesor en una Universidad de Inglaterra, actual promotor de Acuerdos de Paz en Medio Oriente y asesor polí­tico para Latinoamérica.

Conclusiones

Conocer  la cultura e historia de El Salvador, es importante para los estudiantes universitarios y para la población salvadoreña. En la actualidad El Salvador tiene problemas sociales y culturales tales como:  La espiral de violencia social entre grupos socioculturales no afine al  Estado salvadoreño y también el Estado reacciona a través de su cuerpo policial y militar contra estos grupos, migraciones internas y externas,  privatizaciones de los servicios públicos tales como el Agua y los servicios que prestan las Alcaldí­as como es el caso del tren de aseo en la Alcaldí­a de Santa Tecla, desempleo, ventas de drogas, emplea mal remunerado, propuestas de candidatos polí­ticos que no quieren aumento salarial, propuestas de destrucción del Patrimonio cultural como Tacuscalco, etc. Hechos polí­ticos, sociales y culturales como estos nos hacen pensar que en El Salvador no se ha sembrado una semilla de esperanza y fe en el diálogo, el autoritarismo y la cultura de violencia  se encuentran en las instituciones del Estado.

Los estudiantes universitarios y la juventud son garantes de la nueva cultura en El Salvador, una cultura de paz y democracia que puede construir una sociedad inclusiva y participativa, sin embargo, muchas estructuras polí­ticas, sociales, culturales y mentalidades del pasado están presentes en nuestro diario vivir, pero esta cultura de la violencia autoritaria puede cambiar, desde la educación los jóvenes pueden construir un nuevo paí­s a las nuevas generaciones, solo participando en las tareas comunitarias de la colonia, barrio, pueblo y cantón, pueden transformar su realidad, participando en la polí­tica, incidiendo con propuestas que beneficien a su mismo colectivo de jóvenes, haciendo visibilizar como sector importante, propositivo y productivo en El Salvador.

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